Desde hace casi mes y medio, en muchas ciudades del país se ven masivas movilizaciones que, eventualmente, terminan en violentos enfrentamientos con la policía. Mientras tanto, en los cuarteles hay «total tranquilidad», como repite el presidente Nicolás Maduro.
La violencia callejera ha cobrado la vida de 36 personas, algunos de ellos muertos en episodios de represión protagonizados por la Guardia Nacional, el único sector militar involucrado directamente en la crisis. El gobierno reconoce que ha habido casos de excesos policiales.
Hasta este martes, cuando el mandatario venezolano anunció la detención de tres generales de la Fuerza Aérea que supuestamente buscaban dar un golpe de Estado. Es la primera vez en los 15 años de la llamada Revolución Bolivariana que se acusa de sedición a oficiales activos de tan alta gradación.
Un evento notable para un proceso revolucionario que se ufana de contar con el respaldo «monolítico» de las Fuerzas Armadas y que desde que se inició en 1999, encabezado por el fallecido presidente Hugo Chávez, se define a sí mismo como una amalgama cívico-militar.
¿Es creíble la acusación que hizo Maduro en medio de una reunión en Caracas con cancilleres de la Unión de Naciones del Sur (Unasur)? ¿Hay divisiones dentro de las fuerzas armadas venezolanas que amenazan la continuidad del gobierno y la estabilidad del país?
Unidad monolítica
Oficialmente, en esta ocasión no se revelaron los nombres de los generales, ni se especificaron cargos. Algunos señalan que el procedimiento no cumplió con el protocolo, mientas que los críticos del gobierno descartan la importancia de cualquier iniciativa en la que pudieran estar involucrados.
Para aclarar que el caso de estos tres generales es una excepción, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) presentó este miércoles un comunicado de respaldo al gobierno en el que, mientras asegura que no hay problemas internos, defiende la tesis del «golpe suave» al que Maduro asegura está siendo sometido el país.
Por «golpe suave» el gobierno entiende la confluencia de movilizaciones estudiantiles y de oposición, la llamada «guerra económica», de la que acusa a sectores empresariales, y lo que considera injerencia extranjera, en la que incluyen desde el departamento de Estado de EEUU hasta infiltrados del paramilitarismo colombiano.
Pero esa tesis desdice la normalidad que el mismo gobierno asegura que se vive en el país, solamente alterada, según la visión oficial de las cosas, por «la derecha» en unos pocos sectores de clase media y alta de Caracas y otras ciudades.
«Frente a estos hechos la Fuerza Armada Nacional Bolivariana se mantiene monolítica, y en nada merman nuestra convicción democrática ni la moral de quienes a través de sus actuaciones han logrado consustanciarse con la realidad de nuestro Pueblo pues gracias a nuestro Comandante Supremo y Eterno Hugo Chávez logramos comprender que la Unión Cívico Militar nos hace más fuertes y sólidos», se dice en el comunicado.
Sin embargo, fuentes conocedoras del sector militar venezolano, que prefirieron mantenerse anónimas, plantearon a BBC Mundo la posibilidad de que el arresto de este grupo sea una «acción ejemplarizante» destinada a sofocar cualquier irregularidad dentro de la fuerza armada.
Aunque algunas de esas fuentes dijeron creer que no hay condiciones, ni ánimo entre los uniformados para dar un golpe y asumir la administración del Estado, reconocieron que la FANB es una «caja negra» dentro de la cual es muy difícil saber a ciencia cierta qué es lo que pasa.
Milicia chavista
Tras quince años en el poder, ayudada por auto-purgas como la de plaza Altamira de 2002, y el natural proceso de renovación de mando, la revolución bolivariana ha logrado delinear una fuerza armada afín a su proyecto político.
Hoy los militares venezolanos emplean abiertamente una retórica política y participan frecuentemente en eventos del partido de gobierno, pese a que no les está permitido «participar en actos de propaganda, militancia o proselitismo político», según establece el artículo 330 de la Constitución que al inicio de su gestión promovió el presidente Chávez.
El comunicado de las FANB enviado este miércoles termina con las consignas «Chávez vive, la Patria sigue! ¡Independencia y Patria Socialista! ¡Viviremos y venceremos», las mismas de la revolución y del gubernamental Partido Único de Venezuela.
Aunque toda revolución se asume como un proceso nacional, en la situación venezolana, lo «revolucionario» es solamente aquello vinculado al PSUV, que es uno más de los varios partidos que conviven dentro de la convulsa democracia de ese país.
Lo «revolucionario» en este caso estuvo en romper la supeditación del poder militar al civil establecida desde el final del gobierno del general Marcos Pérez Jiménez en 1958, con el paradigma de los nuevos tiempos de la «unión cívico-militar».