Ocho barcos y diez aviones de seis países rastrillaban una gran extensión del Océano Índico, cerca de las costas australianas, buscando los restos del Boeing 777 de la aerolínea malasia.
Mientras se reanudaba la búsqueda a 1.850 km al oeste de Perth (oeste de Australia), este país anunció que el ex jefe de sus fuerzas armadas Angus Houston dirigiría una nueva unidad para ayudar en las operaciones, en las cuales participan militares de siete países: Australia, China, Malasia, Japón, Nueva Zelanda, Corea del Sur y Estados Unidos.
El primer ministro australiano, Tony Abbott, dijo que Houston dirigirá el nuevo Centro Conjunto de Coordinación de Agencias con sede en Perth.
Houston coordinará los contactos diplomáticos a menudo delicados entre los que participan en la búsqueda, y se asegurará de que las familias reciban toda la información y ayuda necesarias.
Cerca del 75% de los pasajeros del vuelo eran chinos, y sus seres queridos se han quejado amargamente de lo que consideran como un tratamiento secreto e incompetente de Malasia de las investigaciones.
Treinta y nueve familiares de pasajeros chinos llegaron el domingo a Malasia para ejercer presión en busca de respuestas.
Los familiares están particularmente indignados después del anuncio realizado el 24 de marzo por el primer ministro de Malasia, Najib Razak, de que –basado en un análisis británico detallado de informaciones suministradas por los satélites y otras fuentes– el avión se había perdido en el mar.
Indignación y angustia de los familiares
Algunos familiares desesperados se niegan a aceptar ese veredicto hasta que se encuentren los restos del Boeing.
«¿Puede usted decirnos precisamente en qué países podría haber aterrizado el aparato?», gritó un hombre durante una rueda de prensa para familiares el sábado en Pekín.
Abbott indicó que el gobierno australiano «no descansará hasta que hayamos hecho todo lo que razonablemente podemos hacer para brindar a esas familias y a la comunidad internacional algo más de paz y un poco más de comprensión sobre lo que sucedió exactamente».
Un barco australiano que llevaba a bordo equipos suministrados por Estados Unidos para localizar la «caja negra» del avión, que graba los detalles del vuelo, debía partir de Perth este domingo.
Dos aviones Hércules C-130 de Malasia se disponían a participar en las operaciones por primera vez.
«Hasta que objetos sean recogidos por un barco y examinados por expertos, no se puede llegar a conclusiones sobre su origen», sostuvo el submariscal de la Fuerza Aérea Kevin Short.
La búsqueda se había desplazado el viernes a una nueva zona después de que nuevos datos indicaran que el avión volaba más rápidamente de lo que se había pensado inicialmente y se creía que se había quedado sin combustible, cayendo en el océano.
Sin embargo, restos descubiertos por aviones chinos, australianos y neocelandeses no proporcionaron pistas sólidas el sábado, agravando la frustración de los familiares.
En el avión viajaban también 50 malasios, y en toda la capital se observan señales de duelo.
El vuelo MH370 desapareció el 8 de marzo durante un vuelo de Kuala Lumpur a Pekín, en uno de los casos más misteriosos de la historia aeronáutica. AFP
Ocho barcos y diez aviones de seis países rastrillaban una gran extensión del Océano Índico, cerca de las costas australianas, buscando los restos del Boeing 777 de la aerolínea malasia.
Mientras se reanudaba la búsqueda a 1.850 km al oeste de Perth (oeste de Australia), este país anunció que el ex jefe de sus fuerzas armadas Angus Houston dirigiría una nueva unidad para ayudar en las operaciones, en las cuales participan militares de siete países: Australia, China, Malasia, Japón, Nueva Zelanda, Corea del Sur y Estados Unidos.
El primer ministro australiano, Tony Abbott, dijo que Houston dirigirá el nuevo Centro Conjunto de Coordinación de Agencias con sede en Perth.
Houston coordinará los contactos diplomáticos a menudo delicados entre los que participan en la búsqueda, y se asegurará de que las familias reciban toda la información y ayuda necesarias.
Cerca del 75% de los pasajeros del vuelo eran chinos, y sus seres queridos se han quejado amargamente de lo que consideran como un tratamiento secreto e incompetente de Malasia de las investigaciones.
Treinta y nueve familiares de pasajeros chinos llegaron el domingo a Malasia para ejercer presión en busca de respuestas.
Los familiares están particularmente indignados después del anuncio realizado el 24 de marzo por el primer ministro de Malasia, Najib Razak, de que –basado en un análisis británico detallado de informaciones suministradas por los satélites y otras fuentes– el avión se había perdido en el mar.
Indignación y angustia de los familiares
Algunos familiares desesperados se niegan a aceptar ese veredicto hasta que se encuentren los restos del Boeing.
«¿Puede usted decirnos precisamente en qué países podría haber aterrizado el aparato?», gritó un hombre durante una rueda de prensa para familiares el sábado en Pekín.
Abbott indicó que el gobierno australiano «no descansará hasta que hayamos hecho todo lo que razonablemente podemos hacer para brindar a esas familias y a la comunidad internacional algo más de paz y un poco más de comprensión sobre lo que sucedió exactamente».
Un barco australiano que llevaba a bordo equipos suministrados por Estados Unidos para localizar la «caja negra» del avión, que graba los detalles del vuelo, debía partir de Perth este domingo.
Dos aviones Hércules C-130 de Malasia se disponían a participar en las operaciones por primera vez.
«Hasta que objetos sean recogidos por un barco y examinados por expertos, no se puede llegar a conclusiones sobre su origen», sostuvo el submariscal de la Fuerza Aérea Kevin Short.
La búsqueda se había desplazado el viernes a una nueva zona después de que nuevos datos indicaran que el avión volaba más rápidamente de lo que se había pensado inicialmente y se creía que se había quedado sin combustible, cayendo en el océano.
Sin embargo, restos descubiertos por aviones chinos, australianos y neocelandeses no proporcionaron pistas sólidas el sábado, agravando la frustración de los familiares.
En el avión viajaban también 50 malasios, y en toda la capital se observan señales de duelo.
El vuelo MH370 desapareció el 8 de marzo durante un vuelo de Kuala Lumpur a Pekín, en uno de los casos más misteriosos de la historia aeronáutica. AFP