Transcurridos más de 50 días de protestas y cometidas graves violaciones a los derechos humanos por parte de organismos oficiales y paraoficiales, el diputado tachirense Miguel Ángel Rodríguez enumera sus razones para calificar que «el golpe suave denunciado por el gobierno es el teatro necesario para aplicar el más duro paquetazo económico y social a la familia venezolana».
Dice Rodríguez que el anuncio del jefe del gobierno, Nicolás Maduro, de más impuestos, la decisión inconstitucional de despojar de sus propiedades a los dueños de inmuebles arrendados por más de 20 años, el aumento por triplicado de muchos rubros alimenticios, el anuncio indirecto por parte de Jesse Chacón sobre incrementos de las tarifas eléctricas, la insistencia en revisar los precios internos de la gasolina y la llamada tarjeta de racionamiento para acceder a la red pública de abastos y supermercados; son claros signos de que «el desastre ocasionado a Venezuela en estos quince años, serán platos rotos que pagará el pueblo, que ya tenía bastantes razones para protestar y ahora tendrá más».
Se pregunta el parlamentario si el Presidente del Psuv tendría de nuevo cara para ir a la Asamblea Nacional y casi jurar que la paridad cambiaria será de 6,30 bolívares por dólar y así se quedaría por mucho tiempo, cuando ya es un hecho cumplido que la entrada en vigencia del Sicad 2 marcó una trágica devaluación de más de 700 por ciento y por la escasez de divisas, ni siquiera pudo hacer bajar al paralelo. Sentenció que la ruina del bolívar es exactamente la misma ruina del presupuesto familiar.
A tenor de lo anterior, Miguel Ángel Rodríguez insiste en que por lo inevitable del derrumbe del modelo intentado por la llamada revolución, el gobierno ha desconocido su obligación de escuchar del pueblo las razones de su protesta y ha preferido » montar el teatro del golpe suave, porque las medidas más rudas del paquetazo están por venir».
Denuncia que como Miraflores se resiste a cortar la regaladera de más de 12000 millones de dólares a Cuba y otros socios políticos y como además la desinversión en la industria ha tumbado la producción y procesamiento de crudo; a los venezolanos asistidos por misiones les toca la hora de que las de comida, las de vivienda, las de línea blanca y tantas otras, entren en terapia intensiva por la desaparición de la renta petrolera a manos de la revolución.