En un noche poco común en el maratónico calendario de la NBA -solo dos partidos- la expectativa estaba centrada en el choque San Antonio-Oklahoma: por ser los dos mejores equipos del Oeste, con implicación de que una victoria practicamente aseguraba el título de conferencia para el primero, pero además porque el líder se presentaba con 19 consecutivas y el rival con una figura, Kevin Durant, que llevaba enhebrada una hilera de 38 juegos con 25 o más puntos, apenas 2 por debajo de uno de los topes legados por el mítico Michael Jordan.
El interés quedó correspondido a medias, pues los Thunder ganaron con cifras cómodas. Las rachas, divididas porque Spurs vieron cortada la suya, mientras Durant sí agregaba una cifra más para llegar a 39, con la oportunidad de igualar la marca de SM anoche, cuando enfrentaba a Houston. Terminó con 28, alcanzando los 25 en el primero de dos tiros libres ya en la fase final de la contienda.
No fue un partido fácil, porque el puntero comenzó dominando, imponiendo su defensa y su manejo del balón, con Kawhi Leonard encimado sobre Durant y haciendole muy difícil el trabajo al extremo de fallar 5 de sus primeros 6 tiros. Pero Oklahoma reaccionó, estuvo solo 3 puntos por debajo al llegar al descanso y en adelante impuso dominio. Al regresar de vestuarios su marcación colectiva funcionó, la movilidad, fuerza y salto en la pintura complicó mucho las cosas para San Antonio y ya en la última fracción, con diferencia de dos dígitos, el duelo estaba decidido. La velocidad, liderada por Westbrook, fue determinante para concretar ofensivas.
Así lo entendió el coach Popovich, que había dejado en descanso a Ginóbili y en la última fracción no utilizó a Parker ni Duncan, ambos por cierto “con el aro movido” (3-10 y 5-15 de cancha) aunque el segundo sumó 17 puntos. Total, a falta de 6 partidos lideran con margen de 3 -y con el mejor récord de la liga, lo que supone ventaja de campo para una posible final-, se quitan la presión de la racha -que no se confiesa, pero estaba en la mente de todos- y no solo dejan los 19 triunfos como tope en la historia de la franquicia sino que siguen fieles a la idea de dosificar el esfuerzo de su gente.
Durant agregó 7 rebotes a sus 28 tantos (metió 11 de 26, fallando los 4 intentos de triple y de 6-6 en libres, pocos para lo habitual pues el adversario se cuidó de enviarlo a la línea). Westbrook fue imparable y dejó 27 con 6 asistencias (encabezando unos contragolpes fulminantes, 30 contra 13), Ibaka dobló (11-12) y Jackson puso 14. Del otro lado, Mills 21 y Leonard 17.
El otro juego de la jornada tenía igualmente un punto vital. Y los Mavericks lo asumieron como debía ser para vencer a los Clippers, en Los Angeles, 113-107, lo que llevó a meterse de nuevo en la clasificación. Un enorme Dirk Nowitzki (26 y 11 rebotes, su tercer doble-doble en los últios 5 juegos, mientras logró solo 3 en los 69 anteriores), inspiró una ofensiva que tuvo un quinteto con doble dígito anotador, Calderón con 19 y Carter 16 saliendo del banco. Por los Clippers, que perdieron la oportunidad de recortar a 1 y medio la diferencia con Oklahoma, aunque mantienen su tercer lugar, Griffin marcó 25, con 11 rebotes, Jordan 21-15 y Collison 22.
Armando Naranjo