Banderas rojiamarillas del Partido Acción Ciudadana (PAC), que postula a Luis Guillermo Solís, dominaban el ambiente electoral en las calles y en los centros de votación, que abrieron a las 6 de la mañana para recibir a 3,1 millones de electores
Los costarricenses votan este domingo en una segunda ronda electoral marcada por los aires de victoria del opositor de centro Luis Guillermo Solís, enfrentado a un candidato oficialista que, de forma insólita, se retiró de la campaña por considerarse sin opción de triunfo.
«¡Ya tenemos presidente!», gritaban algunos seguidores que acompañaban a Solís, un historiador de 55 años que encarna la esperanza de cambio, en un maratónico recorrido que realizaba por colegios electorales para contrarrestar la desmotivación provocada por la falta de competencia.
«Tenemos que llegar al final del proceso con las urnas repletas de votos, de esperanza. La democracia necesita alimentación y el alimento es el voto», dijo Solís al votar en una escuela del este de San José, preocupado de que una alta abstención reste legitimidad a un eventual gobierno suyo.
Solís es claro favorito desde que hace un mes el candidato del gobernante Partido Liberación Nacional (PLN), Johnny Araya, exalcalde capitalino de 56 años, sorprendió a la población abandonando la campaña porque las encuestas le vaticinaban una humillante derrota este domingo.
Pero su rostro aparece en las papeletas de votación, porque la ley prohíbe renunciar a la candidatura. «Es perfectamente posible (ganar), los liberacionistas están desafiando la adversidad», dijo el oficialista al votar en el oeste de la capital.
«Vine a dar un voto de confianza al PLN, pese a la falta de respeto de Araya», declaró a la AFP Roxinia Calderón, una educadora de 44 años que acudió a una pequeña escuela del este de San José a votar bandera en mano y vestida de verde y blanco, emblema de su partido.
Su pareja, Sergio Méndez, vendedor de abarrotes de 50 años, llegó de camisa roja, con una bandera rojiamarilla. «Yo voté por un cambio, contra el bipartidismo y la corrupción», manifestó.
«A cambiar Costa Rica»
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Desconocido hasta hace pocos meses, Solís, conciliador y de trato cálido, ganó simpatías en una población que cree cada vez menos en los políticos y clama por cambios tras décadas de bipartidismo y dos gobiernos consecutivos del PLN.
Contra todo pronóstico, el también profesor universitario y politólogo ganó la primera vuelta el pasado 2 de febrero con 30,8% contra 29,6% de Araya, pero sin alcanzar el 40% que evitaba el balotaje.
Esta vez, Solís se puso la vara muy alta. «Hemos pedido un millón de votos. Salgamos a cambiar Costa Rica, a votar para que no haya duda de la voluntad de cambio», reafirmó este domingo.
Considerado el más impopular de los últimos 20 años, el gobierno de Laura Chinchilla, primera mujer en la Presidencia de Costa Rica, deja al país con un déficit fiscal del 6%, una deuda interna del 60% del PIB y el nada honroso primer lugar en América Latina en crecimiento de la desigualdad en 2013.
De ganar Solís, sería la primera vez en más de medio siglo que llega al poder en este país un partido no tradicional, fundado hace 13 años para quebrar el bipartidismo.
Solís se unió al PAC tras renunciar en 2005 al PLN -socialdemócrata que giró a la derecha-, señalándolo de corrupción y de impulsar un neoliberalismo que en las últimas tres décadas deterioró logros sociales que destacaban a Costa Rica.
Sin cheque en blanco
Solís reconoce la enorme expectativa que carga en sus espaldas. «Hay que administrar eso (…) porque no todos los problemas se pueden resolver de inmediato, no tengo vara mágica», afirmó.
Contra la corrupción
El aspirante del PAC, quien se define como progresista, promete reactivar la economía con equidad social, mejorar la infraestructura y luchar contra la corrupción, talones de Aquiles del gobierno de Chinchilla.
Pero la analista Argentina Arpavia advierte que Luis Guillermo Solís no tendrá un «cheque en blanco». El 2 de febrero el PAC ganó sólo 13 de los 57 escaños del Congreso y el PLN tiene la mayor bancada, 18; el izquierdista Frente Amplio, 9; y los restantes 17 diputados son de varias agrupaciones conservadoras.
«Necesita un importante apoyo en las urnas, que le dé más fuerza a un mandato que luce débil con una bancada legislativa pequeña. Tendrá fuerte oposición de la fracción del PLN, pero esta seguramente enfrentará fisuras y carencia de liderazgo», dijo a AFP el sociólogo Manuel Rojas.
AFP