Nacional. Debemos aprovechar la succión de liquidez que genera en el mercado monetario los pagos del Impuesto sobre la Renta (ISLR), el nuevo aumento del encaje bancario y el normal enfriamiento de la economía que se produce en el primer trimestre del año
Miguel Pérez Abad
Siempre es menester celebrar las victorias de corto plazo, celebrar el triunfo de las batallas, a pesar de que -aún- no se haya ganado la guerra. Para ganar una guerra, se necesitan librar varias batallas, pero en el caso de las metas planteadas en esta guerra por lograr un país mejor, una economía sana, productiva y socialista, estamos hablando de una guerra prolongada, apelando a la jerga bélica utilizada en los conflictos desatados en el Medio Oriente en los tiempos post 11s.
O sea, no sólo es necesario ganar varias batallas que conduzcan a ganar la guerra, sino seguir combatiendo por la condición prolongada de dicha guerra. Y esta analogía no tiene fines conflictivos, simplemente ilustrar pedagógicamente que el mandado no esta totalmente hecho, pero si es válido reconocer el triunfo de una primera batalla en el terreno cambiario, reconociendo que esta lucha sigue.
Un trabajo periodístico realizado por El Mundo Economía y Negocios da cuenta de importantes señales positivas en la dinámica cambiaria entre el Sicad 1, 2 y el mercado negro de divisas. En los tres mercados, las últimas cotizaciones del dólar, registran tendencia a la baja y un comportamiento más o menos estable.
Pero, ojo, la advertencia de las fuentes citadas en la reseña, es compartida a vox populi por todos los actores vinculados a este tema, desde economistas reputados, pasando por productores, importadores, pequeños comerciantes, ciudadanos de a pie, viajeros, etc. Y la misma (advertencia) no es otra que, para que la tendencia positiva registrada e la cotización del dólar se mantenga, es importante inyectar las divisas necesarias a la economía real.
En un ámbito más macro, se condicionan la repetición de los éxitos de las primeras batallas a que las nuevas medidas cambiarias se acompañen de otras acciones desde el punto de vista monetario y fiscal. Resaltan la necesidad de disminuir el gasto público, dirigir los recursos a las áreas productivas y hacia la inversión, así como evitar el financiamiento del Banco Central de Venezuela a las empresas estatales.
En esta dirección esta actuando el Ejecutivo Nacional. Debemos aprovechar la succión de liquidez que genera en el mercado monetario los pagos del Impuesto sobre la Renta (ISLR), el nuevo aumento del encaje bancario y el normal enfriamiento de la economía que se produce en el primer trimestre del año.
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