Luis evangelista Padilla Carpio, talabartero de 24 años de edad, murió la noche de este lunes en la Policlínica Las Mercedes, en Caracas, luego de ser herido de un disparo en la cabeza el pasado viernes en su negocio ubicado en Alta Vista, Catia.
Los familiares del trabajador sospechan que se trató de un sicariato, pues la víctima había recibido amenazas por parte de un ciudadano colombiano y nacionalizado en el país, de quien aprendió el arte en cuero y lona.
Durante 15 años, Padilla estuvo prestando sus servicios para este señor, a quien su familia identificó como Yerson Augusto Gorrondona Dávila, pero luego la víctima decidió independizarse y montó su propio negocio.
Contaron que algunos clientes de la talabartería de Gorrondona, comenzaron a frecuenta la competencia, lo que desencadenó una serie de conflictos entre los amigos, al punto que este lo había amenazado.
Antes de dividir el negocio, Gorrondona le ofreció a Padilla un apartamento en venta por la suma de Bs F. 1.500, pero cuando se pelearon y tras asesorarse con un abogado, le dijo a la víctima que el precio había cambiado y que si quería adquirir el inmueble debía consignarse Bs F. 3 mil.
Los deudos de Luis Padilla dijeron que ese sujeto llegó a amenazarlo de muerte hasta por teléfono, en una conversación que quedó grabada. La víctima lo denunció en Fiscalía pero nunca le ofrecieron alguna medida de protección.
La tarde de este viernes, un sujeto desconocido se detuvo frente al negocio de Padilla y le dio un tiro en la cabeza. El talabartero fue llevado de prisa hasta una clínica donde estuvo tres días en terapia intensiva y murió.
Cuando el Cicpc acudió al negocio de Yerson Gorrondona, en la calle Brasil de Pérez Bonalde, para que declarara por este hecho lo encontraron cerrado. Un aviso en la entrada decía que estaba “cerrado por duelo”. Ahora se encuentra en fuga.
Yerson Padilla, padre de dos hijos, era natural de Caja Seca, estado Zulia. Sus deudos exigieron justicia por el asesinato y que el homicida sea capturado.
AA