Una luchadora del calibre excepcional de la diputada María Corina Machado está en la mira de los cancerberos del régimen. Sobre ella pesa la amenaza del capataz de la Asamblea Nacional de despojarla, haciendo uso indebido del poder judicial, de su inmunidad parlamentaria y condenarla a prisión por un elevado número de años
Octavio Lepage
Con Leopoldo López preso arbitrariamente, ante las constantes amenazas contra ella por gente de mucho poder en este gobierno y de exacerbado odio por su valiente denuncia ante la OEA, consideré conveniente y mas rendidor políticamente que María Corina Machado no regresa inmediatamente a Venezuela, que permaneciera en el exterior, movilizándose en diferentes escenarios, dando a conocer al detalle la situación critica en nuestro país.
La diputada María Corina Machado, privilegió su obligación como dirigente de estar presente en el escenario de los acontecimientos; y tal como lo había anunciado, encabezar la manifestación que la acompañaría hasta la Asamblea Nacional. Así lo hizo, después de un viaje relámpago a Lima para atender invitación de Mario Vargas Llosa.
Apenas empezó a movilizarse la muchedumbre congregada en Chacaíto, con ella encabezándola, tropezó en su camino con una barricada blindada de gorilas súper armados. Ante aquella barrera inexpugnable ella tomó una motocicleta y salió rumbo a la Asamblea Nacional. Otra barrera gorila blindada la intercepto en la esquina de Pajaritos. Entonces en la moto se enfiló hacia el Tribunal Supremo de Justicia donde otra barrera super armada le impidió el acceso al Tribunal Supremo de Justicia. Todas las instancias le están blindadas.
Pese a tantos contratiempos la diputada Machado no se permitió ni un momento de descanso, emprendió viaje a Brasil para atender invitación de las comisiones de política exterior del Senado y de la cámara de Diputados. Tuvo oportunidad de ofrecer información fresca y documentada a diputados y senadores brasileños, hasta el momento muy desentendidos de la suerte de la democracia venezolana.
Una luchadora del calibre excepcional de la diputada María Corina Machado está en la mira de los cancerberos del régimen. Sobre ella pesa la amenaza del capataz de la Asamblea Nacional de despojarla, haciendo uso indebido del poder judicial, de su inmunidad parlamentaria y condenarla a prisión por un elevado número de años. Un diputado madurista, Elvis Amoroso, llegó incluso a decir que merece la pena de muerte. Algo realmente inconcebible, pero que es frecuente en la actual realidad política venezolana.
A pesar de este cúmulo de riesgos y de amenazas somos testigos de la admirable entereza de la diputada. Cuando menos despierta respeto y admiración.