Desde el abordaje, hasta la liberación, así como las declaraciones de la periodista Nairobi Pinto y las autoridades, algo no ha quedado claro, y si algo no está claro, algo se está ocultando
Hace ya dos semanas la noticia del secuestro de la periodista Nairobi Pinto conmocionó a la opinión pública, fundamentalmente porque se trata de una periodista y porque nos estamos acostumbrando a que las víctimas tenga relevancia por su nombre y apellido, por su profesión, por su tendencia política o su influencia en el colectivo nacional. Eso lo viví en carne propia en mi secuestro. Esto es muy lamentable porque lo que le sucedió a Nairobi le sucede a muchos venezolanos.
El secuestro para mi es un delito terrible, porque comporta la violación de varios bienes jurídicos tutelados. No sólo la libertad, sino la integridad física, sicológica, emocional, atenta contra las familias, y es lo que en estricto derecho llamamos pluriofensivo.
Algo no está claro…
Lo que está claro es que por lo general el secuestro conlleva unos objetivos o bien sean económicos o políticos, como los más comunes. A la luz de estas breves reflexiones no hay duda que el secuestro de Nairobi Pinto es un secuestro extraño, desde el abordaje, hasta la liberación, así como las declaraciones de la víctima y las autoridades, algo no ha quedado claro, y si algo no está claro, algo se está ocultando.
En palabras del Ministro del Poder Popular de Interior, Justicia y Paz, Miguel Rodríguez Torres, hay que preguntarse quién gana con este hecho.
10 claves del caso Nairobi
1. Lo no común es que fue en presencia de varias personas, es decir cualquiera, o por lo menos dos, pudieron ser llevadas; el hecho fue directamente contra ella.
2. Otro elemento extraño: Los secuestradores no se tapan los rostros, actúan con tal impunidad y confianza que no lo necesitan.
3. No hubo contacto, no hubo llamada, no hubo solicitud a la familia de alguna información o de dinero para lograr la liberación. Recordemos otro caso sonado el de los hermanos Faddoul donde sí hubo la solicitud de dinero. Primero se dijo que no hubo contacto y así estuvimos hasta el lunes cuando el Ministro Rodríguez aseguró que si había habido una llamada, la pregunta es a ¿quién? ¿Para qué? ¿Qué pidieron? ¿Se les dio lo que pidieron? Desde el punto de vista del perfil de la víctima no pareciera calificar en las víctimas de secuestro con fines económicos, sino la llamada se hubiese producido máximo en 24 horas, hecho el pago la liberación hubiese sido en 48horas.
4. Las víctimas de secuestro extorsivo rara vez les vendan los ojos, mucho menos permanecen con los ojos tapados, a menos que entre los partícipes del hecho delictivo haya personas que pueden ser reconocidas por la víctima. Entonces toca preguntarse ¿en este caso hay personas conocidas involucradas? ¿Podía ella identificarlas? Sino, no tiene sentido alguno producir el vendaje de los ojos.
5. Una trabajadora de un canal de televisión pasa a tener un altísimo nivel, inclusive de ser calificada como “influyente” en la sociedad porque es miembro de una pastoral, porque es trabajadora de televisión y porque es estudiante de la UCV. En casos de bajo perfil mediático, nada de eso la califica como una persona influyente, mucho menos relevante, u objetivo de algún secuestrador por fines económicos. Si no hubo llamada, si hubo llamada y no pidieron nada, o si hubo llamada pidieron y no dieron nada, sigue configurándose como un secuestro extraño. Reconocerla como persona influyente y por ende apetecible por aquellos que se consideran los posibles sospechosos es una confesión de que las razones fueron distintas a las comunes, y si fueron de índole distinto a las económicas, me pregunto entonces ¿lo que la califica como influyente es el manejo de alguna información delicada y comprometedora? Pregunta siguiente ¿comprometedora para quién?
6. Aparece en la escena una dirigente estudiantil que se convierte en vocera y se apodera del caso ante los medios para informar hipótesis delicadas que responsabilizan al Gobierno Nacional y hacen ver que Nairobi Pinto tiene información calificada, ¿cómo sabe esto esta vocera estudiantil? ¿Quién compartió y por qué esa supuesta información con ella? ¿Qué hacen estudiantes manejando información calificada y delicada, de tan alto nivel que ameritan la privación ilegítima de libertad de una persona por más de ocho días? Esa misma vocera días después es vinculada a título personal con la víctima sin que nadie lo niegue o lo afirme, asunto que sólo sería relevante si el móvil del secuestro fuera ese, de resto es un asunto estrictamente personal que nada tiene que ver con la sociedad, ni con las autoridades.
7. La eficiencia del sistema de justicia en materia de secuestro está totalmente comprobada cuando se trata de víctimas de alto perfil. El tiempo de respuesta para determinar autorías, realizar detenciones, o tener “enfrentamientos con la autoridad” donde resultan muertos los secuestradores es además comúnmente difundida. En este caso más de ocho días, sin detenidos, sin sospechosos, sin implicados, con una sospechosa liberación no suena razonable.
8. Si la víctima nunca supo donde estaba, si estaba vendada, si no vio a nadie cómo pueden declarar “todo el tiempo permaneció retenida en los Valles del Tuy” ¿quién puede certificar eso más allá de que efectivamente la liberación fue allí? Sobre este mismo aspecto si estaba vendada ¿cómo veía las noticias que dice que vio? Algunas veces se las leían, dijo, ¿quién? ¿Hombres? ¿Mujeres? Le dieron las tres comidas aseguró; ¿secuestradores no extorsivos, sin ningún beneficio económico para sí, gastando de su propio dinero para mantener en buenas condiciones a una víctima a la cual hasta le leen la prensa y le comentan cuán preocupado está el país por ella? Esto no está dentro de los parámetros normales de la casuística vinculada con el secuestro.
9. Es liberada y justo cerca de un centro de atención médica, que calificados secuestradores que saben que lo primero que se hace con una víctima es llevarla a ser evaluada médicamente, por lo general para descartar violación y en todos los casos para saber si hay deshidratación, propia del trato inadecuado y la inapetencia que acompaña a las víctimas en unas circunstancias como estas. Pero ella asegura que hizo sus tres comidas, la referencia de la mayoría de las víctimas de secuestro es el asco por recibir inclusive agua por parte de sus agresores, por miedo, por repugnancia o por una inapetencia clara propia de unas circunstancias de terror.
10. Según la estricta experiencia en casos de secuestro, la víctima luce tranquila, no está demacrada, no le tiembla la voz antes de declarar, sus ojos no reflejan miedo, ni resignación, sólo agradecimiento. Si bien no se puede establecer un patrón único en víctimas, porque cada quien reacciona distinto, hay signos visibles que para los expertos son ponderables para determinar los daños emocionales que puedan quedar como secuela inmediata, entre ellos mirada perdida. Ante un secuestro que conmocionó a la opinión pública la poca información, la ausencia de detenciones o de nombres de sospechosos, tomando en cuenta que siempre se dan excesos de detalles que hasta dañan las investigaciones, no hay duda que es un secuestro extraño.
En algún momento se sabrá la verdad
Para cada quien su adverso es responsable. Sea quien sea, por las razones que sea, la pena es alta y la impunidad no puede ser la regla. Nada más terrible para nosotros como sociedad que estar llenos de sospechas que nos confunden, producen que no sepamos en quién creer y si hay algo que deteriora a las sociedades, más allá del conflicto, es perder la confianza en todos y todo. En todo caso en algún momento sabremos la verdad y a quien efectivamente beneficiaba. En cualquier escenario es un peligro que podamos estar admitiendo secuestros por razones presuntamente políticas que incluyen informaciones calificadas. Gracias a Dios está viva, sana y salva, final que tampoco entra dentro de la casuística más formal.
Tipos de plagio en Venezuela
Lo clásico según la casuística venezolana es que los secuestros de mayor frecuencia son los denominados breves o extorsivos, es decir los llamados express, esos en los cuales la víctima no pasa más de 24 horas en poder de sus captores, ya que la efectividad de este delito es la realización del golpe en el menor tiempo posible, con la mayor ganancia. Se pueden hasta cometer dos o tres en un día, entendiendo además que se trata de delitos organizados.
Los secuestros prologados son mucho más costosos, más riesgosos, requieren mayor logística y tienen unos objetivos distintos. La revisión de casos en Venezuela indica que sólo en auge de la guerrilla colombiana y los hechos cometidos por paramilitares se ejecutaban secuestros prolongados con fines económicos, pero cuyas víctimas tenían un elevado perfil, político o económico, que ameritaba la extensión del tiempo para lograr objetivos diversos, inclusive para negociar. Con la minimización de la guerrilla disminuyeron también esos secuestros.
El secuestro con fines políticos tampoco ha sido común, si acaso tres o cuatro casos desde los años 80 para acá, sin olvidar que la época de la guerrilla venezolana algunos fueron sonados y tomados como formas de negociación para lograr algunas reivindicaciones.
En todo caso, la Ley sobre extorsión y secuestros de data cercana, prevé muchas formas de secuestro, en mi opinión excesivamente descriptivas, pero vigentes, cuyo cómputo de pena se acerca a casi los 30 años, sin tomar en cuenta que junto con el secuestro confluyen otros delitos con penas también altas
Para que te defiendas
Mónica Fernández
Twitter: @monifernandez