Dio para comentarios de todo tipo la jornada del miércoles en la NBA. Lo sustantivo, LaMarcus Aldridge gran figura individual para que Portland se colocara 2-0 ante Houston, Dallas con inesperado y amplio triunfo sobre San Antonio, y Miami salvando apuros al final para repetir ante Charlotte. Se sigue desdibujando el cuadro de favoritos en las consideraciones previas, con la lógica generación de interés por la incertidumbre que abren los resultados en los primeros choques.
Aldridge colosal
Subvalorado por los medios -su temporada le confirma como uno de los diez mejores de la liga en índice de rendimiento- surgió a la altura de los grandes con 43 puntos en la segunda victoria de los Blazers, ahora 112-105. Lleva 89 en dos juegos, lo que llevó a recordar al Michael Jordan de 1987. Y, si se quiere algo más cercano, al LeBron James de 2009, cuando todavía jugaba para los Cavs. Los nombres de Jerry West y Tracy McGrady también salieron a colación, porque no es común semejante producción, menos en partidos de play-off, lo que ha sido obstáculo insalvable para unos desactivados cohetes de Houston.
Lillard, de conducción impecable y 18 puntos, 11 rebotes y 10 asistencias, Robin López con 10 rebotes, fueron también figuras de Portland, que se va a casa con ventaja de 2-0 y un rival zarandeado. Porque Howard fustigó, sí, con 32 y 14 rebotes, pero la ofensiva de Houston se ve dislocada por la defección de Harden (6 de 19 y fuera por faltas luego de un triple que acerco a 3 puntos), Parsons bajo en producción y el dueto Berverly-Lin impotente para contener a Lillard.
Sorpresa en San Antonio
Los Spurs, después de todo, no son imbatibles. Lo demostró el No. 8 del Este, Mavericks, con una concluyente victoria 113-92 que niveló la seria a 1 para ir a Dallas. Ni siquiera el revulsivo de Ginóbili (27, con una primera mitad de leyenda) pudo contener a un equipo agresivo, cuya defensa forzó buena parte de las 24 pérdidas de San Antonio (cifra inusual para un equipo que tiene entre sus virtudes la responsabilidad en el manejo) y registró en Ellis, Marion y Calderón sus arietes principales con 21, 20 y 13 tantos.
Fue la primera victoria de los Mavs en once juegos con el rival tejano, y con una diferencia sin precedentes en 10 años. Al final, convencido de que no era la noche de los suyos, el DT Popovich dejó a Duncan, Parker y Ginóbili en el banco, pensado ya cómo retomar el ritmo en casa ajena.
LeBron contra todo
Los Bobcats se esmeraron en la defensa. Pero no pudieron frenar -con un juego fisico, que en algunas acciones se tornó en violento- a un LeBron James que lideró la victoria con 32 puntos, 6 rebotes, 8 asistencias y 4 robos, algo no visto en un juego de postemporada desde 1990.
Bosh 20, Wade (15) y Chalmers (14) pusieron apoyo importante, aunque Charlotte se acerco varias veces y en el minuto final se colocó por solo 3 puntos, con posesión para igualar. Privó la experiencia, entonces, y una buena defensa -combinada con mala disposición para el manejo- terminó con un arrebatón de Wade, quien a posterior foul marcó de tiro libre el 101-97 del marcador final.
Michael Kidd-Gilchrist, con 22, encabezó a unos Bobcats que tuvieron a Jefferson con 18 y 13 (con un pie adolorido), pero que pese a su entusiasmo -a ver si pueden en casa- se vieron superados por la mayor precisión (52-39% de cancha) por la velocidad y una defensa -aplicada por ráfagas- que le ha permitido a Miami controlar los partidos y poner el 2-0 en casa antes de tomar la carretera.
Armando Naranjo
@DonArmandoN