La posibilidad de que el diálogo político en marcha en Venezuela derive en un «Gobierno de coalición» fue descartada hoy por el secretario nacional del opositor partido Acción Democrática (AD, socialdemócrata), Henry Ramos Allup.
«El remedio podría ser peor que la enfermedad, porque todos estaríamos en un mismo saco», declaró Ramos Allup en el canal privado Televen de Caracas.
La posibilidad fue recomendada a inicios de mes por el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, y descartada de inmediato por el presidente venezolano, Nicolás Maduro, quien no obstante reconoció al exgobernante como «padre de la izquierda» regional.
«Allí sí que nos quedamos sin Gobierno y sin oposición», además porque un Gobierno de coalición, «donde esté metido todo el mundo», se convertiría «en un enredo», coincidió hoy Ramos Allup al sostener que en Venezuela «es necesario diferenciar» entre «dos formas de gobernar».
Aludió con ello al «autoritarismo» que le achaca a Maduro y a la gestión de su antecesor y mentor Hugo Chávez (1999-2013) frente a los Gobiernos socialdemócratas y democristianos que se alternaron en el poder entre 1959 y 1999.
El diálogo iniciado este mes por el Gobierno y la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que reúne a la mayoría de partidos opositores, apunta a «mantener las manifestaciones pacíficas» y anular opciones de la violencia ilegal que incluyen al hampa y a «los colectivos» que apoyan al Gobierno, destacó Ramos Allup.
En ese sentido pidió a dirigentes de partidos que integran la MUD, pero que no apoyan el diálogo con Maduro, que respeten la decisión de la mayoría opositora.
«No importan las agendas distintas, cada quien que luche por lo que quiere, es un derecho respetable», sostuvo.
El secretario ejecutivo de la MUD, Ramón Guillermo Aveledo, dijo al respecto, en una entrevista publicada hoy en el diario caraqueño El Nacional, que efectivamente «en el mundo opositor hay gente que piensa que el diálogo no sirve para nada, que es un error».
«¿Si nosotros hemos sostenido como política de la MUD (que debe haber diálogo) y el interlocutor te dice: «vamos a hablar», y la comunidad internacional te dice: «hablen», con qué explicación vamos a decir que no hablamos?», se preguntó.
En el diálogo político, que se cumple paralelamente a otro que el Gobierno mantiene con los empresarios para solventar dificultades económicas y financieras, participan como «facilitadores de buena fe» el nuncio vaticano y cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
El acercamiento entre oficialistas y opositores comenzó este mes tras una oleada de protestas callejeras iniciadas el 12 de febrero pasado, algunas de las cuales derivaron en hechos de violencia que han dejado 41 muertos.
La tercera jornada del diálogo político se cumplió el pasado jueves y se cerró con la creación de tres mesas de trabajo y el acuerdo de reunirse más de una vez por semana para agilizar las decisiones.
El grupo de trabajo para la formación de la Comisión de la Verdad que investigará los hechos violentos ocurridos en el país desde el 12 de febrero y la mesa que tratará la propuesta de una ley de Amnistía, que el Gobierno ya rechazó, junto con los casos de los que la oposición tilda de «exiliados políticos», serán dos de estas.
Una tercera mesa abarcará temas de descentralización de competencias en gobernaciones y alcaldías.
EFE