Moscú tiene decenas de miles de soldados apostados en la frontera y ha reclamado su derecho a invadir si los habitantes de habla rusa son agredidos
Rebeldes prorrusos derribaron el viernes dos helicópteros ucranianos, provocando la muerte de dos tripulantes, mientras Kiev reforzaba el asedio a la ciudad de Slaviansk, controlada por grupos separatistas, en una maniobra que Moscú calificó como ataque «criminal».
Al otro lado de Ucrania, en Odessa, tres personas murieron y otras quince quedaron heridas en medio de los enfrentamientos entre manifestantes prorrusos y grupos que apoyan al Gobierno en Kiev.
Moscú tiene decenas de miles de soldados apostados en la frontera y ha reclamado su derecho a invadir si los habitantes de habla rusa son agredidos.
Kiev dijo que el lanzamiento de los misiles que derribaron sus helicópteros era una evidencia de que las fuerzas rusas estaban en la ciudad, aunque Moscú niega tener soldados en el terreno.
El presidente en funciones de Ucrania, Oleksander Turchinov, dijo además que «saboteadores armados» rusos habían intentado ingresar al país durante la noche, pero que fueron repelidos por las tropas de la frontera.
El Servicio de Seguridad de Rusia negó la veracidad del reporte.
Kiev dijo que Moscú estaba apoyando a grupos en el este de Ucrania que ponían «a los civiles en peligro, tomando rehenes y creando una atmósfera de terror y violencia».
Periodistas de Reuters en Slaviansk escucharon disparos y vieron a un helicóptero abrir fuego antes del amanecer. Diez horas después, la ciudad estaba mayormente tranquila, con tiendas cerradas y separatistas armados en control de las calles.
El creciente caos está opacando las elecciones presidenciales que los líderes en Kiev planificaron para el 25 de mayo.
Los rebeldes quieren realizar otra votación el 11 de mayo para conseguir un mandato que les permita romper con Kiev.
Estados Unidos y Europa han impuesto sanciones a ciudadanos rusos por la crisis en Ucrania, pero hasta ahora sólo con un efecto limitado.
En una conferencia con la canciller alemana Angela Merkel en Washington, el presidente estadounidense Barack Obama dijo que el próximo paso serían sanciones sectoriales y que se impondrían si Rusia intentaba impedir las elecciones en Ucrania.
Merkel agregó que las elecciones del 25 de mayo eran «vitales» y que las sanciones sectoriales estaban listas.
Sin embargo, en Rusia la popularidad de Putin se ha incrementado con la toma de Crimea.
Esta semana restauró la tradición de la era soviética de realizar un desfile por el Día del Trabajador en la Plaza Roja, donde las personas que marchaban portaban carteles elogiando la captura de territorio ucraniano.
Recordando que Putin había dicho que cualquier «operación punitiva» sería un «acto criminal», el portavoz del presidente ruso Dmitry Peskov dijo a agencias que lo ocurrido en Slaviansk era exactamente eso.