Miguel Jesús Pinto Yépez (34), trabajador del Hospital Psiquiátrico de Caracas, recogía a su niño, cuando lo sorprendieron antisociales, que lo mataron y se llevaron su cartera, una tableta y el teléfono celular
Dentro de un vehículo Chevrolet Aveo y frente a su hijo de 4 años de edad, fue asesinado este lunes Miguel Jesús Pinto Yépez, de 34 años, conductor de ambulancia del Hospital Psiquiátrico de Caracas que acababa de recoger a su pequeño hijo en la guardería en Catia.
El chofer de ambulancias acababa de buscar al pequeño y se marchaba a su casa, cuando fue sorprendido por los delincuentes en la parte posterior de Los Magallanes de Catia. Los sujetos apuntaron al conductor con un arma de fuego y le pidieron el vehículo, pero el hombre trató de huir y le dieron dos tiros en la cabeza.
Antes de escapar sin lograr su objetivo, los asaltantes le robaron la cartera con dinero, el celular, una tableta y otras pertenencias. La víctima murió a los pocos minutos de ser herida, aunque fue llevada al hospital de Los Magallanes de Catia.
Su madre, Celina Yépez, dijo que la víctima tenía 14 años laborando como conductor de ambulancias en el psiquiátrico ubicado en la avenida principal de Manicomio, en Lídice, donde ella tiene 27 años trabajando en el área administrativa. “A mí me llamaron y me dijeron que estaba en el hospital pero cuando llegue ya habían traído el cadáver a la morgue de Bello Monte”, contó la mujer.
Yépez tenía dos hijos, el mayor de apenas 12 años de edad. Todas las tardes, iba por su hijo a la guardería para dejarlo en la casa. “Lo único que pido es justicia con mi hijo y con tantas personas que han matado”, comentó la madre de la víctima, quien lo recordó como una persona “muy querida y cariñosa”.
El cuerpo de Miguel Pinto fue trasladado a la morgue de Caracas a las 5:00 de la tarde del lunes y le asignaron el número 66 del mes. Su madre, se quejó de las demoras para la entrega del cuerpo. “Quisiera que agilizarán esas cosas. Yo estoy desde ayer aquí esperando a que me lo den”, comentó.
Celina Yépez no pidió justicia por parte de las autoridades porque se confesó una mujer creyente. “Creo en Dios y en la Santísima Vírgen. La persona que lo mató tendrá su castigo, la justicia divina de Dios”, dijo.
AA