Las rupturas de la arteria vial se deben a la instalación de varios ramales de tubería de agua potable para llevar el vital líquido a diversos urbanismos y sectores situados en las márgenes de la carretera
Trece zanjas dejadas por una contratista de Corpomiranda en la autopista Charallave-Ocumare ponen en peligro la vida de los conductores que transitan por esta arteria vial. La más peligrosa y profunda está ubicada en la redoma del sector Piloncito en el municipio Lander.
Los conductores del transporte público y particulares consultados por el Diario La Voz coincidieron en catalogar las aberturas como “mortales”, ya que en muchos casos deben detener sorpresivamente la marcha de los carros para evitar caer en las zanjas y el volcamiento de los autos.
Pedro González, conductor de una buseta de pasajeros, dijo que la profundidad de algunas de las grietas en la autopista está causando daño en los trenes delanteros de las unidades.
“La buseta que conduzco es alta y se siente el impacto, imagínese cómo será en los carros particulares que por lo general son bajitos”, refirió.
Acotó el declarante que las zanjas han sido dejadas por una contratista de Corpomiranda que instala una tubería en la isla de la autopista y de la misma han ido haciendo varios ramales para llevar el agua potable a los sectores y urbanismos ubicados a los lados de la vía, pero las troneras no han sido tapadas.
“He visto como algunos conductores se desplazan a altas velocidades por esta autopista y son sorprendidos por las zanjas por lo que frenan de repente y son impactados por la parte de atrás por otros carros”, aseguró el entrevistado.
Vía peligrosa
El taxista Andrés Bello señaló que transitar por la autopista Charallave-Ocumare se ha convertido en un deporte extremo, a juzgar por la cantidad de troneras, hundimientos y baches que existen en ambos sentidos de la carretera.
Asimismo denunció la falta de demarcación y de ojos de gato, lo que dificulta el transitar por la zona en horas de la noche.
“Esto de noche es una guillotina porque no hay alumbrado ni ningún tipo de demarcación por lo que los hundimientos y los baches sorprenden a los conductores”, refirió Bello, al tiempo que destacó que uno de los tramos más deteriorados está a la altura del distribuidor de la urbanización Matalinda de Charallave donde abundan las troneras.
MIP-TUY Agencia/Jean Carlos Rodríguez
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