Para luchar por los derechos humanos de todas y todos no hace falta vivir en un país en guerra, no hace falta ser un héroe de gran corazón, ni tampoco ser invencible e ir contra las autoridades de cualquier nación
Muchas personas vivieron en la esclavitud, millones desconocían que se les violentaban sus derechos humanos (y algunas de ellas muestran casos en donde los abusos no pueden ser maltratados), no solo en Venezuela sino en países desarrollados y en circunstancias tan elementales como en una aprehensión por cualquier delito cometido.
En esos tiempos no era de extrañar que el 90 por ciento de las personas no fueron capaces de nombrar siquiera tres de todos sus derechos.
Si tantas y tantos desconocieron sus derechos, ¿quién entonces asegura que los derechos humanos se promueven, protegen y convierten en una realidad?
Para luchar por los derechos humanos de todas y todos no hace falta vivir en un país en guerra, no hace falta ser un héroe de gran corazón, ni tampoco ser invencible e ir contra las autoridades de cualquier nación. Solo podemos inspirarnos en quienes fueron diferentes y ayudaron a crear y dar a conocer los derechos humanos que tenemos hoy en día.
Éstos humanitarios al darse cuenta de que sin los derechos humanos no existe la paz, lucharon para que cada persona conociera y reconociera que para contribuir al cambio de un mundo más justo se deben respetar los derechos humanos de todas y todos por igual.
Defensores símbolos de paz
El gran defensor de la resistencia pacífica a la opresión, fue Mahatma Gandhi, al escribir la no violencia como: “La mayor fuerza a disposición de la humanidad. Es más fuerte que la más poderosa arma de destrucción concebida por el ingenio del Hombre”.
Numerosas y variadas fueron sus iniciativas humanitarias; instituyó colonias agrícolas y hospitales, y, sobre todo desde entonces, trató de eliminar las castas y religiones que dividían a su pueblo. En sus relaciones y en sus inevitables choques con las autoridades gubernativas de Sudáfrica y la India inauguró un método de lucha, o mejor de resistencia que mantenía el respeto a la persona humana y evitaba la revuelta armada; y ya en África, en 1906, puso en práctica el «satyagraha» («obstinación por la verdad»), conocido en Occidente con el nombre de «resistencia pasiva».
Martin Luther King, Jr., cuando defendía los derechos de las personas de color en los Estados Unidos en la década de 1960, declaró: “La injusticia en cualquier parte es una amenaza a la justicia en todas partes”.
Un pastor estadounidense de la iglesia bautista, Luther King, Jr. fue quien desarrolló una labor crucial en Estados Unidos al frente del Movimiento por los derechos civiles para los afroamericanos y que, además, participó como activista en numerosas protestas contra la Guerra de Vietnam y la pobreza en general.
Voltaire, fue un escritor, historiador, filósofo y abogado francés que figura como uno de los principales representantes de la Ilustración, un período que enfatizó el poder de la razón humana, de la ciencia y el respeto hacia la humanidad. En 1746 Voltaire fue elegido miembro de la Academia francesa en la que ocupó el asiento número 33.
Luchando ferozmente contra la persecución religiosa en Francia del siglo XVIII, Voltaire escribió, “Yo no estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo”.
Thomas Jefferson, fuente de inspiración y autor principal de la Declaración de Independencia Americana declaró que, “El cuidado de la vida y la felicidad humanas y no su destrucción es el primer y único objetivo legítimo del buen gobierno”.
Nelson Mandela, uno de los símbolos de los derechos humanos más reconocidos de la época, fue un hombre cuya dedicación a las libertades de su pueblo ha inspirado a los defensores de los derechos humanos a lo largo del mundo.
Sentenciado a cadena perpetua, Mandela se convirtió en un poderoso símbolo de resistencia para el ascendente movimiento antiapartheid, negándose en repetidas ocasiones a comprometer su posición política para obtener su libertad. Puesto en libertad finalmente en febrero de 1990, intensificó la batalla contra la opresión para alcanzar las metas que él y otros habían decidido lograr casi cuatro décadas atrás.
Mandela, como varias personas en el mundo, a través del pensamiento y la acción, han marcado diferencias y han dejado enseñanzas humanitarias, que para quienes queremo, siempre luchar y defender, debemos tomar como símbolo de inspiración.
¿Qué debemos defender?
La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó la Declaración Universal de Derechos Humanos como ideal común por el que todos los pueblos y naciones deben esforzarse, inspirándose en ella para su reconocimiento y aplicación.
Algunos derechos para hacer que se respeten
Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.
Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.
Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre, la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas.
**** Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.
**** Todas las personas son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley. Todos tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal discriminación.
**** Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo ante los tribunales nacionales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la constitución o por la ley.
**** Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado.
**** Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques.
**** Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado.
Gabriela Buada Blondell | La voz de los Derechos Humanos