Marcha en Buenos Aires hasta sede del gobierno
Los mayores sindicatos opositores al gobierno de la presidenta Cristina Kirchner se movilizan en una marcha este miércoles hasta la sede del gobierno argentino para exigir respuestas ante la inseguridad, pobreza e inflación.
Al menos 2.000 personas marcharon a la Plaza de Mayo –según estimaciones de la policía–, un histórico lugar de concentración popular y manifestaciones en Buenos Aires, con banderas argentinas y sin colores partidarios, tal como pidieron los organizadores.
No obstante, a diferencia de la huelga general que paralizó el país el 10 de abril pasado, la marcha del miércoles no logró una adhesión masiva aunque fue convocada por los mismos sindicalistas, el camionero Hugo Moyano y el gastronómico Luis Barrionuevo, integrantes del sector opositor de la Confederación General del Trabajo (CGT).
Argentina, con 40 millones de habitantes, cuenta con una de las mayores tasas de inflación de Latinoamérica, con un 10% acumulado en el primer trimestre, aunque el aumento del costo de vida comenzó a desacelerarse en abril.
En 2013 la cifra se situó entre el 25 y 30%, según consultoras privadas.
Otro eje de la convocatoria es la demanda de soluciones por la inseguridad, la principal preocupación de los argentinos, según sondeos recientes.
«Están en la dirección equivocada, la Plaza de Mayo no es el lugar para reclamar por la seguridad pública», ironizó el miércoles el jefe de Gabinete (coordiandor de ministros), Jorge Capitanich.
La lucha contra la pobreza también figura en la agenda de la protesta, luego que en abril surgió un fuerte debate sobre las estadísticas cuando el gobierno suspendió la difusión de datos oficiales de pobreza alegando «severas carencias metodológicas».
La última cifra oficial divulgada fue de 4,7%, a finales del año pasado.
Sin embargo el mes pasado La Universidad Católica Argentina reveló unas estadísticas que situaron en 27,5% la población pobre en este país, donde a principios de 2014 introdujeron cambios en los métodos estadísticos avalados por el FMI.
AFP