El museo será abierto al público el 21 de mayo, tras seis días reservados a las familias de las víctimas, sobrevivientes, socorristas y vecinos del sur de Manhattan
El presidente estadounidense Barack Obama inauguró el jueves en Nueva York el museo del 11 de septiembre, al que calificó de «lugar sagrado de sanación y esperanza», en una ceremonia donde se mezclaron dolor, emoción y orgullo 13 años después de los atentados que cambiaron el curso de la historia moderna.
El museo, construido donde se levantaban las Torres Gemelas del World Trade Center, «reafirma el verdadero espíritu del 11-S: amor, compasión, sacrificio», dijo Obama ante miles de invitados, entre ellos autoridades, familiares de víctimas, sobrevivientes y socorristas de la tragedia que dejó unos 3.000 muertos en 2001.
La sobria ceremonia, que duró una hora, se llevó a cabo en el Foundation Hall del museo, un impresionante espacio 20 metros bajo tierra en los cimientos de las Torres Gemelas derribadas por dos aviones de línea secuestrados por terroristas de la red Al Qaida.
Al abrir los discursos, el exalcalde de Nueva York y presidente del memorial y museo, Michael Bloomberg, afirmó que el lugar será visto en el futuro como un sitio sagrado del país, al igual que Gettysburg (punto de inflexión de la guerra civil estadounidense en 1863), Pearl Harbor (cuyo ataque por fuerzas japonesas marcó el ingreso de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial) o el Memorial de Vietnam.
El museo será abierto al público el 21 de mayo, tras seis días reservados a las familias de las víctimas, sobrevivientes, socorristas y vecinos del sur de Manhattan.
La primera muestra, denominada «In Memoriam», rinde tributo a los 2.977 muertos en esos ataques con aviones de línea secuestrados por terroristas y las seis víctimas mortales del anterior atentado contra el WTC del 26 de febrero de 1993.
La historia es contada a través de miles de objetos personales, restos de los edificios, fotografías, grabaciones de video y audio y testimonios en primera persona.
El público no podrá acceder al repositorio que permanecerá controlado por la Oficina Forense de Nueva York.
AFP