La peor ola de protestas que sacude a Venezuela en más de una década tiene los días contados, dijo el ministro del Interior y Justicia, Miguel Rodríguez Torres, quien aseguró que apenas quedan entre 200 y 300 manifestantes en todo el país, desde los miles de hace tres meses.
«El mes de julio es definitivo para eso (fin de las protestas)», dijo Rodríguez en una entrevista con Reuters. «Empiezan las vacaciones escolares y van a ir enfriándose los poquitos focos que quedan y retomaremos las clases en septiembre en plena normalidad».
Desde principios de febrero, miles de venezolanos han salido a las calles a protestar contra la elevada inflación, el persistente desabastecimiento de productos básicos y la delincuencia.
Las protestas han dejado 42 muertos y unos 800 heridos y, a pesar de haber disminuido en número e intensidad, aún se mantienen en Caracas y las principales ciudades del país, presionando por la renuncia del presidente Nicolás Maduro.
Rodríguez calcula que, en la capital, los manifestantes más aguerridos «no pasan de 100» y, en todo el país, «son entre 200 y 300». A pesar de ello, el miércoles fueron detenidos 105 manifestantes, según la Guardia Nacional, mientras atacaban una sede ministerial con palos, piedras y bombas molotov.
Torres, que estuvo preso por el infructuoso golpe de Estado que en 1992 comandó el fallecido Hugo Chávez, aseguró que las tácticas de la protesta han ido cambiando con el tiempo.
«Es una táctica subversiva (que) ellos van migrando», dijo en su despacho, al interior de un edificio del centro de Caracas adornado con cuadros de reconocidos pintores e imágenes icónicas de Chávez.
«Primero eran masivas (protestas), después la guarimba (cierre de calles), las carpas. Ahora son foquistas. Queman un vehículo, un ministerio, atacan a un funcionario público», detalló quien también fuera jefe del Servicio de Inteligencia.
«Solidez de la FAN»
Torres es un mayor del Ejército de 50 años que ha participado en varias investigaciones por supuestos intentos de magnicidio e insurrección en Venezuela desde hace una década.
Con esa experiencia ha podido recavar información que le permite asegurar que el plan del ala más dura de la oposición se inició tres años atrás, cuando Chávez enfermó de cáncer.
«Las cabezas de esto, por lo menos los que empezaron a construir toda esta conspiración, están afuera», sostuvo antes de detallar que durante las protestas han detenido a 58 extranjeros, entre ellos varios colombianos, un estadounidense con «adiestramiento en manejo de armas», españoles y sirios.
El ministro recordó que un «informante» les relató de un encuentro entre líderes opositores en un hotel de Caracas, donde acordaron el inicio de las protestas.
En esa reunión, contó que estaban Leopoldo López, María Corina Machado y Henrique Capriles, quien se paró abruptamente y se fue alegando que no iba a apoyar a «ese loco», en alusión a López.
Pero esas declaraciones han sido motivo de burla desde el bando opositor. El alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, le ha endilgado el apodo de: «detective chimbo (de mala calidad)».
En todo caso, aseguró Rodríguez, ese trabajo de inteligencia les permitió abortar un intento de golpe de Estado por el cual están presos tres generales y un capitán.
«Se les ha conseguido sus vinculaciones con estos grupos radicales (de oposición). Han incitado a la rebelión a algunos oficiales, pero la solidez de las Fuerzas Armadas es tal que esos mismo oficiales los han denunciado», relató.
Reuters