El vehículo de uso escolar, que transportaba 52 menores, una cifra superior a la permitida, «no estaba habilitado desde el 2012» y era un «vehículo ilegal que tampoco tenía seguro de transporte», dijo la ministra de Transporte, Cecilia Álvarez, a la radio RCN.
En la vía donde el autobús prendió fuego el domingo, en la localidad de Fundación, norte de Colombia, fueron levantadas cruces de bambú y todavía había fragmentos de vidrio sobre tierra chamuscada. Una mujer de rodillas lloraba desconsolada sobre el asfalto al caer la tarde.
Quisimos «sacar a una niñita que sacó los brazos por la ventanilla, pero la piel» se le escurría, dijo a la AFP José Guette, un técnico de 48 años que intentó en vano salvar la vida de una de las víctimas.
«No podíamos hacer nada más que agarrarnos la cabeza y mirar cómo se quemaban esos niños», agregó.
La alcaldesa de Fundación, Luz Stella Durán, informó a la prensa que en el accidente «32 niños» resultaron incinerados. «Son 32 niños muertos, y otros 20 que fueron remitidos a hospitales», según la funcionaria.
Las primeras hipótesis apuntan a una «imprudencia del conductor», quien al parecer manipuló un recipiente de gasolina para intentar encender el vehículo que se había apagado, indicó la ministra Álvarez. La Fiscalía agregó que el hombre no tenía licencia para conducir.
Una niña sobreviviente refuerza las sospechas de las autoridades. El conductor «se bajó del bus para echar gasolina y todos los niños estábamos arriba. De un momento a otro el bus comenzó a echar chispas, en ese momento el chofer salió corriendo a buscar agua y después se fue», dijo a la prensa LA pequeña de 11 años, que perdió a dos hermanos en el accidente.
Los niños -con edades entre tres y 12 años según la Fiscalía- regresaban de un servicio religioso dominical organizado por una iglesia evangélica. La mayoría de los heridos tienen severas quemaduras.
Sobre la vía podía observarse un corazón pintado con tiza y a la entrada del pueblo un cartel con las fotos de los menores en que se leía «Los ángeles de Fundación».
Los cuerpos completamente calcinados fueron trasladados al Instituto de Medicina Legal de Barranquilla, capital del vecino departamento de Atlántico. Allí, las familias colaboraban en la identificación de sus hijos. Grupos de psicólogos acompañaban la dolorosa diligencia.
Los niños «duraron más de 10 minutos revoloteando dentro del bus. Yo los veía por la ventanilla», dijo Guette, y agregó que él y otras personas intentaron apagar las llamas con extintores pero que el fuego era más poderoso.
Muchedumbre airada
El conductor del vehículo está en poder de las autoridades tras escapar de los familiares de los menores, que intentaron agredirlo. Su casa fue apedreada.
Mientras tanto, la Fiscalía confirmó que el detenido no tenía licencia de conducción y que «será vinculado a la investigación» judicial por el accidente. En las próximas horas el hombre deberá rendir declaración ante las autoridades.
«No solo el conductor debe dar cara ante la justicia, la iglesia por contratar irregularmente el servicio y el propietario del vehículo ya que las condiciones en las que estaba el automotor no eran las óptimas para el transporte de pasajeros», dijo el general Carlos Mena, comandante de la policía de tránsito, al diario El Heraldo de Barranquilla.
Por su parte, el presidente Juan Manuel Santos, que acudió a Fundación el domingo por la noche, dijo este lunes en un acto oficial que su gobierno hará «todo lo que esté a (su) alcance para que estos accidentes tan lamentables no vuelvan a suceder».
Así, pidió a sus subalternos tomar «todas las disposiciones para que el gobierno nacional pueda interferir más directamente, porque esta es una responsabilidad de los municipios, en controlar el tránsito de vehículos que no deberían estar transitando».
El mandatario colombiano también aseguró que el Estado cubrirá los gastos fúnebres y hospitalarios de los afectados.
AFP
El vehículo de uso escolar, que transportaba 52 menores, una cifra superior a la permitida, «no estaba habilitado desde el 2012» y era un «vehículo ilegal que tampoco tenía seguro de transporte», dijo la ministra de Transporte, Cecilia Álvarez, a la radio RCN.
En la vía donde el autobús prendió fuego el domingo, en la localidad de Fundación, norte de Colombia, fueron levantadas cruces de bambú y todavía había fragmentos de vidrio sobre tierra chamuscada. Una mujer de rodillas lloraba desconsolada sobre el asfalto al caer la tarde.
Quisimos «sacar a una niñita que sacó los brazos por la ventanilla, pero la piel» se le escurría, dijo a la AFP José Guette, un técnico de 48 años que intentó en vano salvar la vida de una de las víctimas.
«No podíamos hacer nada más que agarrarnos la cabeza y mirar cómo se quemaban esos niños», agregó.
La alcaldesa de Fundación, Luz Stella Durán, informó a la prensa que en el accidente «32 niños» resultaron incinerados. «Son 32 niños muertos, y otros 20 que fueron remitidos a hospitales», según la funcionaria.
Las primeras hipótesis apuntan a una «imprudencia del conductor», quien al parecer manipuló un recipiente de gasolina para intentar encender el vehículo que se había apagado, indicó la ministra Álvarez. La Fiscalía agregó que el hombre no tenía licencia para conducir.
Una niña sobreviviente refuerza las sospechas de las autoridades. El conductor «se bajó del bus para echar gasolina y todos los niños estábamos arriba. De un momento a otro el bus comenzó a echar chispas, en ese momento el chofer salió corriendo a buscar agua y después se fue», dijo a la prensa LA pequeña de 11 años, que perdió a dos hermanos en el accidente.
Los niños -con edades entre tres y 12 años según la Fiscalía- regresaban de un servicio religioso dominical organizado por una iglesia evangélica. La mayoría de los heridos tienen severas quemaduras.
Sobre la vía podía observarse un corazón pintado con tiza y a la entrada del pueblo un cartel con las fotos de los menores en que se leía «Los ángeles de Fundación».
Los cuerpos completamente calcinados fueron trasladados al Instituto de Medicina Legal de Barranquilla, capital del vecino departamento de Atlántico. Allí, las familias colaboraban en la identificación de sus hijos. Grupos de psicólogos acompañaban la dolorosa diligencia.
Los niños «duraron más de 10 minutos revoloteando dentro del bus. Yo los veía por la ventanilla», dijo Guette, y agregó que él y otras personas intentaron apagar las llamas con extintores pero que el fuego era más poderoso.
Muchedumbre airada
El conductor del vehículo está en poder de las autoridades tras escapar de los familiares de los menores, que intentaron agredirlo. Su casa fue apedreada.
Mientras tanto, la Fiscalía confirmó que el detenido no tenía licencia de conducción y que «será vinculado a la investigación» judicial por el accidente. En las próximas horas el hombre deberá rendir declaración ante las autoridades.
«No solo el conductor debe dar cara ante la justicia, la iglesia por contratar irregularmente el servicio y el propietario del vehículo ya que las condiciones en las que estaba el automotor no eran las óptimas para el transporte de pasajeros», dijo el general Carlos Mena, comandante de la policía de tránsito, al diario El Heraldo de Barranquilla.
Por su parte, el presidente Juan Manuel Santos, que acudió a Fundación el domingo por la noche, dijo este lunes en un acto oficial que su gobierno hará «todo lo que esté a (su) alcance para que estos accidentes tan lamentables no vuelvan a suceder».
Así, pidió a sus subalternos tomar «todas las disposiciones para que el gobierno nacional pueda interferir más directamente, porque esta es una responsabilidad de los municipios, en controlar el tránsito de vehículos que no deberían estar transitando».
El mandatario colombiano también aseguró que el Estado cubrirá los gastos fúnebres y hospitalarios de los afectados.
AFP