La suspensión del servicio de encomiendas al extranjero fue el detonante de la protesta de los trabajadores del instituto postal del Estado venezolano, quienes decidieron paralizar sus labores por lo que les adeudan y para exigir la destitución de la actual directiva
Richard Sanz / Twitter: @rsanz777
Nadie le dio la cara a los trabajadores: leyendo la prensa se enteraron que el Instituto Postal Telegráfico de Venezuela (Ipostel), decidió suspender los envíos de encomiendas al extranjero.
Ese fue el detonante de la paralización de actividades, que en todo el territorio nacional, decidieron iniciar este lunes al menos nueve mil trabajadores de ese organismo del Estado. Temen que la interrupción del servicio internacional sea el inicio de la liquidación definitiva de ese ente y sus deudas, que en algunos casos se remontan al año 1979, jamás les sean canceladas, tras meses de “burlas, promesas incumplidas y engaños por parte de la actual directiva que preside Carlos Joa Vásquez”.
Exigen investigar “guisos”
Ayer, al menos unos 500 empleados provenientes de varias partes del país tomaron pacíficamente las instalaciones de la sede nacional de Ipostel, ubicada en la avenida José Ángel Lamas, en la parroquia San Juan de Caracas. Se apostaron en las entradas y no dejaron ingresar a los directivos a sus oficinas. Camiones y camionetas cargadas de correspondencias están inmovilizadas en el estacionamiento con los precintos de seguridad.
“El Poder Popular destituyó a esos ineficientes”, gritaban los manifestantes quienes exigían que el presidente de la República, Nicolás Maduro, dé el ejecútese a la medida y proceda a nombrar de forma inmediata “una junta interventora que de forma honesta se encargue de Ipostel junto a los trabajadores”.
Uno de los presentes en la toma era el secretario general del Sindicato de Trabajadores de Comunicaciones del estado Bolívar, Luis Guerra, quien no se explica cómo es que en otros países, “el instituto postal genera recursos para el Estado y se autofinancia, y el único organismo contralor de correos del mundo que lleva años generando pérdidas es el de Venezuela”. El también presidente del Bloque Nacional de Trabajadores de Ipostel, exigió al Gobierno que “se investigue cuál es la corrupción que hay aquí”.
Hartos de embustes
La información difundida por Ipostel el viernes, aseguraba que los envíos al extranjero fueron suspendidos por “el exceso de despacho que han ocasionado el colapso de los Centros de Tratamiento”. El dirigente sindical Guerra dice que esto es falso y que la situación se viene presentando desde el mes de enero, debido a la deuda de dos millones y medio de dólares que el organismo postal mantiene con Lufthansa, aerolínea que se encargaba de la distribución de las encomiendas en el continente europeo.
Otra de las mentiras que denuncian los trabajadores tiene que ver con las reiteradas promesas de pagos de deudas y discusión de contratación colectiva -la cual lleva 22 años vencida-, dos compromisos que hasta el sol de hoy siguen sin ser honrados.
“Hemos tenido meses en mesas de diálogo para obtener respuestas sobre las violaciones a los derechos de los trabajadores, sin obtener ningún resultado por parte de las autoridades. Incluso, hace un mes se asumió el compromiso en el mismo Palacio de Miraflores de aplicar el tabulador y adecuar nuestros ingresos a lo que establece la ley, pero seguimos esperando”, dijo Guerra.
Falsos revolucionarios
La mayoría de los trabajadores consultados por La Voz admitieron estar identificados con el chavismo, pero acusan a la actual directiva de “ponerse una franela roja para aprovecharse del poder”.
Juan Moya, otro de los empleados de Ipostel, refiere que “no somos golpistas ni guarimberos, estamos luchando por nuestros derechos que están siendo atropellados”.
-¿Cómo es que un Gobierno que se autodenomina “humanista”, “obrerista” y “revolucionario”, que hasta ha financiado escuelas de samba en Brasil, tiene sin contrato colectivo durante 22 años a los trabajadores venezolanos de Ipostel y no les paga sus deudas?
-Eso es porque el presidente de Ipostel, Carlos Joa Vásquez, se hace llamar revolucionario y no lo es, se pone una franela roja solo para aparentar. Este señor desde que asumió el pasado mes de noviembre ha venido destruyendo este instituto postal –respondió Moya.
Jubilados también sufren
Yaritza Oropeza es una de las aproximadamente dos mil jubiladas de Ipostel. Asegura que “estoy en esta lucha porque ya basta que esta directiva se siga burlando de nosotros. Con esa suspensión de los envíos al exterior estamos muy alarmados porque eso indica el deterioro en que esta directiva ha sumido a la institución”.
Oropeza relata que desde el año 1994 le han ganado siete demandas contractuales al ente regulador de correos del país –“y eso lo saben en Miraflores”, acota la jubilada-, “para que nuestros ingresos se ajusten al tabulador”, no obstante, las autoridades han desconocido todos esos fallos judiciales.
-¿Esos directivos de Ipostel son tan humildes y revolucionarios que viajan en Metro o camionetica como ustedes, o andan en camionetotas blindadas con escoltas?
-¡De la noche a la mañana tienen tremenda camionetotas y andan con escoltas! –exclama Oropeza con el apoyo de sus compañeros de protesta.
-¿O sea que tan “malo” y “quebrado” no está Ipostel?
-No, claro que no, si fuese tan malo y estuviera quebrado ellos (la directiva) no estarían aquí…
¿Dónde están los reales?
*Con una inversión de cuatro millones y medio de dólares, en septiembre de 2012, se inauguró una Unidad de Correo Híbrido, que según el actual vicepresidente de la República, Jorge Arreza –en ese entonces ministro de Ciencia y Tecnología-, “permitirá superar los tres millones de ensobrados al mes que genera el Gobierno Bolivariano”.
Hoy, en mayo de 2014, esa maquinaria está “arrumada e inservible” en los galpones de Ipostel en San Martín, según denuncian los trabajadores.
*El servicio de “Grandes clientes” está prácticamente paralizado desde comienzos de año
*“¿Qué hacen con el dinero que generan las impresiones que se realizan en Ipostel?”, se preguntan los empleados
*Ninguno de los trabajadores sabe el paradero de los millones de dólares que ingresan a Ipostel por concepto de “gastos terminales”, que recibe ese ente al estar afiliado a la Unión Postal Universal, que agrupa a 189 países. “Cómo nosotros recibimos más correos de los que se envían, por ese monto se percibe ‘una pelota’, dice un jubilado
*Los servicios de correo privados le pagan a Ipostel una “habilitación postal”, por cada pieza que manejan… “¿Dónde están los reales?”, se preguntó un trabajador
Viceministro “rebotado”
En horas de la tarde de ayer, el viceministro de Ciencia, Tecnología e Innovación, Carlos Figueira, se reunió con representantes sindicales de Ipostel para intentar levantar el paro de trabajadores, no obstante su gestión fue infructuosa: la exigencia de destituir la actual directiva del ente postal no fue aceptada por el representante del Gobierno, lo que era punto de honor para los dirigentes sindicales.
De hecho, varios trabajadores decidieron pernoctar en la sede de Ipostel en San Martín, provistos de colchonetas y cobijas, porque, aseguran, no se moverán de allí hasta que sus exigencias sean cumplidas