En su mayoría jóvenes, los manifestantes se congregaron por la tarde en la Praça da Sé, en pleno centro de Sao Paulo. Ahí, en las escaleras de la catedral metropolitana, ondeaban banderas contra la Copa del Mundo que empieza el 12 de junio.
«Hay huelgas y protestas y queremos que siga así, con movilizaciones hasta la Copa», dijo a la AFP el estudiante de 24 años Bruno Coturri, que participaba de la protesta.
«La Copa ya no será la fiesta que ellos, el gobierno y los empresarios, querían», aseguró.
Los manifestantes reclaman contra la corrupción, la falta de servicios públicos de calidad y los gastos del Estado en la organización del Mundial, estimados en unos 11.000 millones de dólares.
A medida que se acerca la Copa del Mundo una ola de protestas y huelgas está agitando Brasil. Las últimas semanas han habido movilizaciones de policías, profesores o conductores de autobuses, entre otras.
Las protestas de este año no han sido tan masivas como las del año pasado durante la Copa Confederaciones en junio, pero en ocasiones han sido más radicales y violentas.
El ministro de Justicia José Eduardo Cardozo dijo el viernes que se esperaban protestas para el Mundial, pero no tan masivas como las de 2013 cuando más de un millón de personas salió a la calle.
El viernes, en Rio, una protesta similar esperaba convocar a miles de personas pero apenas congregó a una quincena.
La copa se jugará en 12 ciudades sede hasta el 13 de julio.
En su mayoría jóvenes, los manifestantes se congregaron por la tarde en la Praça da Sé, en pleno centro de Sao Paulo. Ahí, en las escaleras de la catedral metropolitana, ondeaban banderas contra la Copa del Mundo que empieza el 12 de junio.
«Hay huelgas y protestas y queremos que siga así, con movilizaciones hasta la Copa», dijo a la AFP el estudiante de 24 años Bruno Coturri, que participaba de la protesta.
«La Copa ya no será la fiesta que ellos, el gobierno y los empresarios, querían», aseguró.
Los manifestantes reclaman contra la corrupción, la falta de servicios públicos de calidad y los gastos del Estado en la organización del Mundial, estimados en unos 11.000 millones de dólares.
A medida que se acerca la Copa del Mundo una ola de protestas y huelgas está agitando Brasil. Las últimas semanas han habido movilizaciones de policías, profesores o conductores de autobuses, entre otras.
Las protestas de este año no han sido tan masivas como las del año pasado durante la Copa Confederaciones en junio, pero en ocasiones han sido más radicales y violentas.
El ministro de Justicia José Eduardo Cardozo dijo el viernes que se esperaban protestas para el Mundial, pero no tan masivas como las de 2013 cuando más de un millón de personas salió a la calle.
El viernes, en Rio, una protesta similar esperaba convocar a miles de personas pero apenas congregó a una quincena.
La copa se jugará en 12 ciudades sede hasta el 13 de julio.