Un vistazo a algunos de los aspectos sobresalientes de la visita del papa Francisco a Jerusalén hoy lunes, en el tercer y último día de su peregrinación a Tierra Santa.
– Visita la Cúpula en la Roca, el tercer lugar más sagrado del Islam, en la cima del complejo disputado que reverencian los musulmanes como el Noble Santuario y los judíos como el Monte del Templo.
– Se descalza para entrar al templo e insta a sus «hermanos» musulmanes a no cometer violencia jamás en nombre de Dios.
– Ora ante el Muro de los Lamentos, el lugar más sagrado del judaísmo, y deja una nota con un texto del Padrenuestro en español en una grieta entre las piedras.
– Deposita una corona de flores blancas y amarillas, los colores del Vaticano, en la tumba del fundador del sionismo Theodore Herzl.
– Después de su plegaria del domingo en la conflictiva barrera de separación israelí en Belén, hace una parada fuera de programa ante un monumento en memoria de los israelíes muertos en ataques suicidas y de otro tipo, y se inclina en oración frente a las placas con los nombres de las víctimas.
– Visita el Museo del Holocausto Yad Vashem y se reúne con seis sobrevivientes, a cada uno de los cuales besa la mano y oye sus relatos.
– Califica el Holocausto como una maldad sin precedente y ruega a Dios que nunca se repita tal tragedia.
– Se reúne con el principal rabino israelí, recuerda las raíces judías del cristianismo y afirma que el vínculo entre las dos religiones es inquebrantable pese a las «dificultades» del pasado.
– Se reúne con el presidente israelí Shimon Peres y elogia al laureado con el Premio Nobel de la Paz como «un hombre de paz y un artífice de la paz».
– Se reúne con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, quien destaca que Israel «protege los derechos» de su población cristiana.
– Visita a sacerdotes y clérigos en la iglesia de Getsemaní, el jardín donde, según los Evangelios, fue arrestado Jesús.
– Celebra la misa en el Cenáculo, el lugar tradicional de la Última Cena. El salón está sobre el lugar tradicional de la tumba del rey bíblico judío David.
AP