Un tribunal chileno absolvió este miércoles por segunda vez al dirigente mapuche Daniel Melinao, acusado en 2012 de la muerte de un policía tras el allanamiento a una comunidad indígena en el sur del país.
El Tribunal Oral en lo Penal de Angol determinó de forma unánime desestimar la responsabilidad de Melinao en la muerte del sargento de policía Hugo Albornoz Albornoz.
El fallo confirma una primera sentencia absolutoria de enero que fue recurrida por el fiscal de Collipulli, Luis Chamorro, quien renunció a su puesto a mediados de mayo.
«Quedó claramente demostrado en una segunda oportunidad en los tribunales de Justicia que no tenía ninguna participación en los hechos que se me estaban acusando», aseguró a la AFP Melinao.
«En el día de hoy se hizo justicia, como lo dije yo desde un principio. Todo esta acusación obedecía a un montaje político y judicial encabezado en este caso por la fiscalía de Collipulli y el fiscal antimapuche Luis Chamorro», agregó.
La Fiscalía solicitaba 31 años de cárcel para Melinao, a quien acusaba de homicido calificado, homicidio frustrado y agresión a otros dos policías.
El sargento Albornoz murió en abril de 2012 por disparos realizados por desconocidos desde un bosque cercano al camino por el que circulaba junto a un fiscal, tras allanar la comunidad mapuche Wente Winkul Mapu, en la localidad de Ercilla, 700 kilómetros al sur de Santiago.
Fue el primer policía fallecido en el marco de un conflicto que ha dejado además una decena de indígenas muertos.
Melinao evalúa presentar una querella contra el Estado de Chile por daños tras haber pasado 10 meses en prisión.
«Estamos evaluando la posibilidad de querellarnos contra el Estado no sólo por mi persecución, sino porque estuve 10 meses privado de libertad, detenido y procesado hasta el día de hoy. Por el daño psicólogico y económico, no tan sólo en lo personal y como familia, sino a nivel de comunidad», afirmó Melinao.
Los mapuches, la mayor etnia de Chile que congrega a 700.000 personas, reclaman tierras que consideran suyas por derechos ancestrales, arrebatadas primero por la ocupación española y luego por el Estado chileno, que las traspasó a privados y a empresas forestales.
AFP