Octavio Lepage
Las elecciones del domingo pasado fueron otro knok-out para Maduro y su errático gobierno. Los “moneymakingpensantes” retuercen los razonamientos, enrollan los análisis para suavizar el mandariazo, pero hechos y cifras tienen irrefutable contundencia.
Scarano-Ceballos
El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), por imposición de Miraflores, en acentuado e irreversible proceso de degradación institucional, confirmó una vez más que no es Poder autónomo, y sin fundamento constitucional, destituyó a los Alcaldes Daniel Ceballos y Enzo Scarano, los encarceló, y con precipitación reveladora una vez más de su pérdida total de autonomía el Consejo Nacional Electoral (CNE) convocó a elección de nuevos alcaldes en término perentorio.
Los resultados están a la vista. Rosa de Scarano en San Diego, ama de casa, resultó electa con el 87,69 % de los votos. ¿Cuantos votos obtuvo el candidato del PSUV? 11.63%. Patricia de Ceballos en San Cristóbal, ingeniera, sin rango de dirigente político, obtuvo el 67 % de los votos, su contendor del PSUV, el 25,2%. ¿Esto es o no es una “paliza”? Es obvio que se impone dejar en libertad a Daniel Ceballos y Enzo Scarano, cuyo liderazgo en sus respectivas comunidades esta fuera de duda.
Es evidente que el gobierno ordenó destituir y encarcelar a Ceballos y Scarano y la celebración de elecciones en término perentorio con el convencimiento de que la represión brutal que desde el 12 de febrero viene ejecutando, con prisa y sin pausa, reforzada por la conmovedora predica de los “sensatos” contra los “radicales” y la satanización de las “guarimbas” les garantizaba que serian del PSUV los nuevos alcaldes de San Cristóbal y San Diego. Les salió el tiro por la culata.
El de Maduro es un gobierno inviable. En 1 año largo no puede anotarse ni un solo acierto. Un record mundial. Al mismo tiempo la crisis económica se acentúa cada día más, sin que el gobierno sea capaz de aplicar medidas salvadoras. Venezuela se desliza hacia el precipicio. La unidad de los partidos, encarnada en el Pacto de Punto Fijo nos garantizó cuarenta (40) años de democracia. Las elecciones de San Cristóbal y San Diego son triunfos unitarios a los que contribuyó en buena medida el movimiento estudiantil.
Por cierto que las elecciones del domingo pusieron en evidencia que el sistema electoral venezolano, pregonado por los oficialistas como el “más avanzado del mundo”, es también el menos digno de confianza. Con seis (6) millones de votantes distribuidos en un territorio de más de 1 millón de km2, los resultados electorales se conocieron antes que los de San Diego y San Cristóbal. ¿Cómo explicarlo?