Argentina reiteró su pedido a la Gran Bretaña para sentarse a una mesa de diálogo y tratar sobre la soberanía de las Islas Malvinas, en un planteamiento ante la 44ta asamblea general de la Organización de los Estados Americanos.
«Ya es tiempo en que la Argentina y el Reino Unido se vuelvan a juntar para hablar respecto a la soberanía de las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur, y los espacios marítimos circundantes», dijo el canciller argentino Héctor Timerman en la sesión de clausura de la asamblea de la OEA, iniciada el martes.
Agregó que la simplicidad del reclamo «pone en dramática evidencia que el Reino Unido, miembro permanente del consejo de seguridad de las naciones unidas, se opone al diálogo».
Timmerman expresó que «oponerse al diálogo es oponerse a la paz».
Más temprano, Ecuador recomendó a la OEA que abandone su sede permanente en Washington.
El canciller ecuatoriano Ricardo Patiño dijo durante su participación en la sesión que «la realidad cambió y los organismos deben también adaptarse a los cambios».
Especificó que la OEA debe impulsar «un espacio integral de derechos humanos al que puedan recurrir individuos y organizaciones frente a los abusos de los Estados, pero también de los abusos de poderes mediáticos y las empresas transnacionales».
Patiño a su vez reivindicó la vigencia del Pacto de San José de Costa Rica, un compromiso para la promoción y el respeto de los derechos humanos, pero lamentó que Estados Unidos siga sin firmarlo.
«Mientras existan asimetrías con el financiamiento y asimetrías de recursos, se corre el riesgo de que el pacto quede convertido en palanca de presión política» y seguidamente recomendó que la OEA abandone su sede permanente en Washington «y se instale en un país firmante del Pacto de San José».
Las expresiones de Patiño contrastaron con la posición de José Miguel Insulza, secretario general de la OEA, quien sostuvo que el organismo sigue teniendo «fuerza y vitalidad porque sigue cumpliendo con su principal objetivo: ser el foro político de los países de América, donde todo se dice, donde hay un verdadero diálogo, donde todos pueden participar en pie de igualdad y dar su opinión sobre cualquier tema relevante de la región, siendo tratado con dignidad y respeto».
AP