Una discusión por un problema de tránsito le costó la vida a Carlos Alfonso Sarauz, de 34 años, chofer de un camión distribuidor de periódicos que fue acuchillado por dos hombres en la segunda transversal de Los Cortijos.
El suceso se produjo a las 4:30 de la madrugada del sábado 31 de mayo. Sin embargo, Sarauz estuvo recluido en el hospital Ana Pérez de León, donde había mostrado cierta mejoría, pero este domingo en la madrugada falleció.
El sábado en que fue herido, el conductor estaba en compañía de su hermano, Luis Sarauz, un hermano menor de 17 años y otros compañeros con quienes compartía la labor de repartición de la prensa.
Junto con su hermano Luis, tenían la ruta de la avenida Francisco de Miranda y Los Palos Grandes. Cada mañana salían muy temprano de casa, entre la 1:00 y 2:00am, para estar en Los Cortijos de madrugada a la espera de los ejemplares.
Luis Sarauz contó que ese día se demoro la entrega de la prensa, razón por la cual decidieron dividirse la ruta. Como su hermano adolescente los acompañaba ese día, acordaron que Carlos Alfonso se llevara parte de los periódicos en su carro Fiat para repartirlos y él saldría con la mitad en el camión de distribución.
Para agilizar la labor porque eran ya las 4:30 de la mañana y tenían media hora de retraso en la hora de partida, Sarauz estacionó su carro cerca de los camiones atravesado en la calle. Cuando estaba subiendo los paquetes que acomodaron en la acera apareció una camioneta Toyota Terios gris.
El chofer del vehículo le pidió paso Carlos Sarauz porque su carro estaba trancando la vía, en la calle Hans Newman. Algunos testigos contaron que le gritó que si se creía el dueño de la calle, que se quitara. El chofer de camión que estaba ocupado en su tarea le respondió preguntándole si estaba apurado y que debía esperarse.
El sujeto y otro hombre que iba de copiloto se bajaron. Fueron hacia los hermanos y golpearon en la cara a Luis, pero entonces Carlos Alfonso salió en su defensa y también le dieron una cachetada.
Uno de los delincuentes regresó a la camioneta en busca de una navaja. Todos pensaron que iba por un arma de fuego y se retiraron unos metros, excepto Carlos Sarauz quien se quedó en el lugar.
De vuelta los hombres lo dominaron. El primero se le fue encima con el arma blanca y lo acuchilló, cuando cayó al suelo, lo hirió con fuerza en la espalda mientras el otro lo pateaba.
Dos heridos
Luis Sarauz contó que al ver que atacaban a su hermano se fue encima de los homicidas junto con un compañero a quien en el forcejeo también cortaron en el abdomen, ocasionándole una herida que ameritó sutura.
Los asesinos se retiraron y se subieron al vehículo en el que huyeron. Los dos heridos fueron llevados hasta el hospital Ana Pérez de León.
Carlos Alfonso recibió un total de 10 heridas punzo cortantes, siete en la espalda y otras tres entre los brazos y pecho. Las cuchilladas en la espalda le afectaron los dos pulmones, por lo que fue operado para colocarle dos drenajes.
Su esposa, Norelkis Méndez, contó que en un pulmón tenía aire y en el otro sangre. Con el correr de los días había mostrado mejoría, al punto que ya se ponía de pie y se sentaba. El miércoles le retiraron un drenaje y el viernes le quitaron el otro.
Desde ese día, su estado de salud empeoro. El paciente comenzó a padecer de fiebre y de un fuerte dolor al punto que sentía que le faltaba el aire. Los médicos le decían a la familia que estaba todo bien, pero comenzaron a colocarle antibióticos.
Andrea Blanco, cuñada de la víctima dijo que hubo negligencia médica en su caso porque pese a que ellos insistían en que algo no marchaba bien, los doctores no prestaban atención a su caso. Le aplicaron Dipirona y lo dejaban sin asistencia.
Solo una doctora que recuerdan solo por el nombre de Ana, fue quien se ocupó de prestarle atención. La vieron correr de un lugar a otro para asistir al paciente, pero la madrugada del domingo, Sarauz comenzó a pedir ayuda. “Decía que no podía respirar que se iba a desmayar”, dijo su cuñada.
De un momento a otro comenzó a empeorar y parecía que agonizaba, hasta que dejó de respirar y falleció según contaron a consecuencia de un paro respiratorio.
El cadáver fue trasladado a la morgue de Bello Monte a las 7:00 de la noche del domingo. Le asignaron el número 98 de los ingresos del mes de junio.
Se paraban a beber en la vía
La familia asegura que aún los homicidas de Carlos Alfonso Sarauz siguen libres. Se trataba de dos hombres que estaban ebrios y que al parecer son parte de esos grupos que se reúnen a beber licor, mientras escuchan música a elevado volumen en la avenida principal de Los Cortijos.
Desde una semana atrás, la Policía Municipal de Sucre, estuvo corriendo a estos conductores que se paraban a beber juntos a sus carros en la avenida y algunos buscaban espacios en las transversales para continuar la faena hasta el amanecer.
Presumen que los asesinos del distribuidor de prensa estaban buscando donde pararse a seguir bebiendo, porque ya en otras ocasiones los choferes de camiones repartidores de periódicos habían visto estos carros por ese lugar. “Se trata de hijitos de papa y mamá que llegan con sus camionetotas a creerse los dueños de la calle, hasta se orinan ahí en las aceras y nadie los controla”, dijo Norelkis Méndez.
AA