Un grupo escindido de Al Qaeda en Irak tomó control el martes de la ciudad norteña de Mosul, ocasionando la huida de las fuerzas de seguridad en una espectacular muestra de su poder ante el Gobierno de Bagdad liderado por musulmanes chiíes, informó Reuters.
La captura de la ciudad de unos dos millones de habitantes por parte del Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIL por sus siglas en inglés), un grupo insurgente suní que realiza una lucha sectaria en la frontera sirio-iraquí, se suma a su influencia sobre localidades del oeste del país.
El avance final de los insurgentes se produjo después de cuatro días de intensos enfrentamientos en Mosul y otras áreas de la provincia aledaña de Nineveh.
Estados Unidos, que retiró sus tropas de Irak hace dos años y medio, prometió ayudar a los líderes iraquíes a «repeler esta agresión», luego de que el Gobierno del primer ministro Nuri al-Maliki solicitó al Parlamento declarar un estado de emergencia.