Fuleco, la mascota del Mundial de fútbol de Brasil, es una animal real, un armadillo bolita que lucha contra su extinción, corroboró este miércoles la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), un observatorio medioambiental.
El número de armadillos se ha reducido en un tercio desde la pasada década en Brasil, por lo que la IUCN lo ha incluido entre las especies en riesgo de desaparición.
La IUCN, la organización que ha alertado de la situación del animal, trabaja estrechamente con gobiernos, Naciones Unidas y otros grupos medioambientales. Ha alertado de que el 94% de los armadillos está en peligro de extinción.
El armadillo bolita -cuyo nombre científico es Tolypeutes Tricinctus, en referencia a los tres cinturones que permiten que su caparazón se acople en forma de balón para protegerse- es «la única especie de armadillo endémica de Brasil», además de ser la menor y menos conocida, según el Libro Rojo de la Fauna Brasileña Amenazada de Extinción.
«El armadillo bola no excava agujeros, y sus únicas estrategias de defensa son la fuga y recogerse bajo su caparazón pero, incluso corriendo en fuga, puede ser alcanzado fácilmente por una persona, y cuando se enrolla (una posición que puede mantener por 20 o 30 minutos), puede ser agarrado sin riesgo para quien lo caza», informa el Libro Rojo.