El conjunto belga derrotó a Argelia 2 por 1 con goles de los suplentes Marouane Fellaini y Dries Martens
Bélgica debutó en el Mundial con un difícil triunfo ante Argelia (2-1) en un ajustado partido que resolvieron dos goles de jugadores suplentes ante un voluntarioso rival que se puso por delante en el primer tiempo.
Marouane Fellaini y Dries Martens, que empezaron el duelo en el banquillo, marcaron los tantos belgas en los últimos veinte minutos de juego y revirtieron el gol de penalti de Sophiane Feghouli a los 25 minutos.
Bélgica, la selección más joven del Mundial y plagada de figuras, tuvo más problemas de lo previsto ante una Argelia agazapada en defensa.
El equipo africano tocó el balón y presionó en los primeros minutos, aunque rápidamente atrasó sus líneas y esperó a los belgas con los once hombres en su propio campo.
Hazard buscaba buenas líneas de pase por la banda izquierda y el centro del ataque, pero Argelia taponó las vías de juego con una presión asfixiante sobre Dembele y Witsel en la medular.
Atrincherada en labores defensivas, Argelia apostó su caudal ofensivo a los contraataques de sus rápidos delanteros. En el minuto 18, Mahrez ganó por velocidad a Van Buyten pero su disparo salió muy desviado.
En el otro área, Witsel lo intentó un par de veces desde lejos, ante la imposibilidad de adentrarse en la telaraña de los argelinos, que en otra acción rápida a los 24 minutos se plantaron en el área y Vertonghen agarró de la camiseta a Feghouli. El árbitro mexicano Marco Antonio Rodríguez decretó penalti.
El valencianista Feghouli batió desde los once metros a Courtois con un disparo que engañó al joven arquero del Atlético de Madrid.
El gol en contra obligó a los belgas a redoblar sus esfuerzos en ataque. El técnico Marc Wilmots subió al centro del campo a un defensa pero la modificación no provocó el efecto deseado.
Lukaku, un hombre de área que vive del gol y de su velocidad, estuvo poco participativo en el juego, perdido entre la maraña de defensas argelinos, que apenas le dejaron opción alguna.
La ocasión más clara para el conjunto belga llegó poco antes del descanso. Hazard combinó bien con Chadli, que quedó en una excelente posición de tiro dentro del área, pero disparó flojo y sin colocación a las manos de M’Bolhi.
En el segundo tiempo Bélgica apretó en busca del empate con varios balones aéreos para aprovechar la altura de sus jugadores. Wilmots movió el banquillo de salida y a la postre le dio sus frutos.
El conjunto africano no se amilanaba y era capaz de acercarse con peligro el área rival, pero Origi, que sustituyó a un inoperante Lukaku, acarició el empate en el minuto 66. El delantero del Lille francés se plantó solo ante M’Bolhi, que salvó a su equipo con una notable despeje.
En la siguiente aproximación llegó el tanto del empate. De Bruyne puso un centro al área argelina y Fellaini, que había entrado a la cancha poco antes, conectó un potente cabezazo que acabó al fondo de la red tras tocar el larguero.
Los cambios dieron un nuevo brío a Bélgica, que a diez minutos del final marcó el gol del triunfo. Hazard comandó un rápido contraataque y dio un pase magistral a Mertens, que fusiló al arquero argelino con un trallazo.
A cinco minutos de final, Fellaini estuvo a punto de firmar un doblete con un nuevo cabezazo que M’Bolhi despejó a córner con la punta de los dedos, pero no le hizo falta a Bélgica, que pasó más apuros de los previstos, pero demostró que tiene mimbres para confirmarse como la revelación del torneo.
A cambiar la historia
La selección de Chile podría asestarle el golpe de gracia a España el miércoles. Una victoria chilena dejaría al actual campeón del mundo afuera de Brasil 2014. Para eso, sin embargo, Chile tendría que quebrar una contundente racha histórica, que señala que el país sudamericano nunca fue capaz de derrotar al ibérico en 10 precedentes, con claro dominio español: ocho triunfos y dos empates, y con muchos goles como los que necesita España en el Maracaná a su favor, 25, por 8 en contra.
España tiene históricamente tomada la medida a Chile, en un encuentro ya habitual en los seis últimos años, que en sus tres últimas entregas siempre ha ido acompañado de una buena dosis de sufrimiento e igualdad.
En el recuerdo de la actual generación de internacionales españoles siempre estará Chile, la selección ante la que vivieron el partido más tenso en su camino al éxito en el Mundial 2010. Tras el traspié inicial ante Suiza, llegaban al tercer encuentro del grupo sin licencia para fallar. Sólo les valía la victoria y el triunfo español alimentó la estadística a favor y les quitó de encima la presión al sentir de cerca el fracaso.