El Salón de la Fama de 54 años perdió este lunes una ardua lucha contra el cáncer
Tony Gwynn, miembro del Salón de la Fama quien bateaba a la zurda con gran elegancia y pasó los 20 años de su carrera en grandes ligas jugando para los Padres de San Diego, murió el lunes a causa del cáncer a los 54 años.
Gwynn, un artesano en el plato de bateo y ganador de ocho títulos de bateo, tenía el sobrenombre de «señor Padre» y era uno de los atletas más queridos en San Diego.
Él achacaba el cáncer oral a la costumbre de masticar tabaco durante muchos años. Desde marzo había tomado una licencia para ser atendido de esa enfermedad y dejó su puesto como entrenador de beisbol en su alma máter, la universidad San Diego State.
Murió en un hospital en la ciudad de Poway, cercana a San Diego, informó su agente John Boggs.
«Estaba en una dura batalla y lo que puedo decir es que definitivamente se encuentra en un lugar mejor», dijo Boggs a The Associated Press. «Sufrió mucho. Luchó. Probablemente es como mejor puedo describir la forma en que batalló contra su enfermedad y fue valiente hasta el final».
De manera inusual en el deporte profesional, Gwynn pasó los 20 años de su carrera profesional con los Padres, a los que prefirió sobre otros equipos que podían pagarle más. Su excelente coordinación entre vista y manos los llevaron a ser uno de los mejores bateadores de contacto en grandes ligas. Conectó 3.141 hits, su promedio de bateo de pro vida fue de .338 y ganó ocho títulos de bateo de la Liga Nacional. Se destacó por conectar sencillos a la banda contraria, a través del hueco entre la tercera base y el paracorto.
La esposa de Gwynn, Alicia, y otros integrantes de la familia, estaban con él al momento de su muerte, dijo Boggs.
Su hijo Tony, que juega para los Filis de Filadelfia, se encontraba en esa ciudad, desde la que publicó un mensaje en Twitter.
«Hoy perdí a mi padre, mi mejor amigo y mentor», escribió. «Voy a extrañarte mucha, papá. Voy a hacer todo lo que pueda para que estés orgulloso».
Gwynn fue sometido a dos operaciones para atender el cáncer en su mejilla derecha entre agosto de 2010 y febrero de 2012. La segunda operación, para remover un nervio facial, presentó complicaciones debido a que éste se encontraba entrelazado con un tumor alojado dentro de la mejilla.
Los médicos le hicieron un injerto con nervios del cuello para que eventualmente pudiera recuperar el movimiento facial.
Gwynn llegó a decir que creía que mascar tabaco le había ocasionado el cáncer.
El exjardinero había estado entrando y saliendo del hospital y pasó un tiempo en un sitio especializado en rehabilitación, dijo Boggs.
«Durante más de 30 años Tony Gwynn fue una fuente de buena voluntad en el deporte nacional, lo extrañaremos profundamente por mucha gente a la que conmovió», dijo el comisionado de grandes ligas Bud Selig.
El coach de tercera base de los Gigantes de San Francisco, Tim Flannery, quien jugó con Gwynn y luego fue su entrenador en los Padres, dijo que recordaría «sus carcajadas. Siempre estaba riendo, siempre hablaba, siempre feliz».
«El mundo del beisbol va a extrañar a uno de sus grandes y el mundo extrañará a uno de los grandes hombres de la humanidad», dijo Flannery.
Gwynn jugó en las dos series mundiales ligas en que participaron los Padres de San Diego y en 15 ocasiones fue convocado al Juego de Estrellas.
En el primer juego de la serie mundial de 1998 conectó un jonrón contra el lanzador de los Yanquis David Wells y en el Juego de Estrellas de 1994 anotó la carrera del triunfo. Cuando la huelga de jugadores obligó a suspender la campaña de 1994 tenía un promedio de bateo de .304, lo que le impidió convertirse en el primer jugador en batear para promedio de .400 desde que Ted Williams lo hiciera en 1941.
Gwynn se retiró después de la temporada de 2001. Él y Cal Ripken Jr., quien jugó toda su carrera para los Orioles de Baltimore, ingresaron al Salón de la Fama en 2007. El lunes se colocó una ofrenda en su estatua en el Salón de la Fama.
También en 2007 los Padres develaron una estatua de bronce de Gwynn en una colina cercana a su estadio, el parque Petco. Cuando aún estaba con el equipo el propietario de los Padres John Moores donó cuatro millones de dólares a la universidad San Diego State para la construcción de un nuevo parque de pelota que lleva el nombre del miembro del Salón de la Fama.
Gwynn se destacó jugando basquetbol y beisbol mientras estudiaba en la universidad San Diego State a fines de la década de 1970. Aún es poseedor de las marcas en asistencias por juego, temporada y carrera para los Aztecas.
Jugaba básket
Tony Gwynn siempre quiso jugar en la NBA pero en su último año en la universidad se percató de que el beisbol le garantizaba la entrada al deporte profesional.
«No tenía idea de que todo lo relacionado con mi carrera estaba por suceder», dijo poco después de ingresar al Salón de la Fama junto con Ripken Jr. «Seguro, no lo veía. Sólo sé que el buen Señor me bendijo con capacidades, con buena vista y un buen par de manos, yo trabajé con lo demás».
En 1981 los Padres lo seleccionaron en la tercera ronda del draft.
Tras pasar partes de dos temporadas en ligas menores hizo su debut el 19 de julio de 1982. Gwynn logró dos imparables contra los Filis de Filadelfia. Tras conseguir los dos hits, Pete Rose, el jugador con la mayor cantidad de imparables en grandes ligas, le dijo: «Oye, chico, ¿qué tratas de hacer? Alcanzarme en una noche?»
Bernie Wilson / AP