Los manifestantes trancaron la carretera nacional Cúa-San Casimiro, a la altura del sector El Conde, desde las seis de la mañana del martes
Estar quince días sin el servicio de agua potable, sacó de sus casillas a los vecinos de la urbanización Valle Humboldt, quienes desde las 6 de la mañana de ayer cerraron el paso por la carretera nacional Cua-San Casimiro, a la altura del sector El Conde, en el municipio Urdaneta, en demanda del preciado líquido.
Roraima Álvarez, residente de la zona y afectada, señaló que se vieron precisados a obstaculizar el paso debido a la falta de respuesta por parte de Hidrocapital.
“Entendemos el racionamiento que están aplicando por la sequía, pero cómo nos van a dejar quince días sin agua”, dijo Álvarez.
Señaló la mujer que esta situación no solo está afectando a las 1.200 familias de Valle Humboldt, sino también a los habitantes de las urbanizaciones Santa Bárbara y Colinas y residentes del sector El Conde.
Indicó que están pagando 40 bolívares por un botellón de agua mineral, “es decir el agua nos sale más caro que la gasolina”.
A la protesta vecinal se presentaron representantes de la alcaldía del municipio Urdaneta, para mediar en la problemática planteada por residentes.
“La única manera que vengan las autoridades es que tranquemos la vía, ahora quieren instalar una mesa de trabajo con nosotros nuevamente, pero es la segunda y todavía no vemos resultado de la primera que realizamos en octubre del año pasado”, dijo Roraima Álvarez. Cerca del mediodía la protesta ya había sido levantada.
Electricidad deficiente
Otro reclamo que realizaron los vecinos de la urbanización Valle Humboldt, estuvo referido a la deficiencia con el servicio eléctrico. Según indicaron, en reiteradas oportunidades se quedan a oscuras hasta por dos días y cuando les llega la energía eléctrica, es deficiente y se les queman los electrodomésticos.
“Aquí hay 80 familias dignificadas de la Misión Vivienda, que han perdido sus artefactos por los problemas con la electricidad”, dijo Roraima Álvarez. Agregó que las autoridades del gobierno nacional les dieron esos inmuebles y se olvidaron de ellos.
A media máquina
Otros afectados con el servicio del agua potable son los estudiantes y docentes de la extensión de la escuela San José de San Martín, que funciona en la aldea bolivariana Ezequiel Zamora. La sede trabaja a media máquina debido a las condiciones de insalubridad del centro educativo. “Los baños están asquerosos y no hay agua para que el personal realice el respectivo mantenimiento diario del plantel”, dijeron los protestantes. Roraima Álvarez, informó que hay niños que han dejado de acudir a clases, ya que sus padres no tienen como lavar los uniformes o preparar los alimentos. “Esta situación es grave, ya que no contamos ni siquiera con los camiones cisternas de la alcaldía para abastecernos y todo nuestro dinero se va en comprar el agua”, dijo una protestante.
MIP TUY Agencia/Laura Purroy
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