El padre se fundió en un emocionado abrazo con su hijo , ambos muy emocionados. Y el rey Juan Carlos cedió su silla, a modo de trono, al nuevo rey, Felipe VI. Eran las 18.15 de la tarde y el Monarca acababa de firmar su última ley, la de su propia abdicación, con la que ponía fin a casi 39 años de reinado.
La ceremonia, sobria, solemne y corta, ha estado repleta de gestos y de simbolismo . Doña Sofía besó a don Juan Carlos. La firma se realizó en la mesa de esfinges de la sala de columnas del Palacio Real, la misma donde en 1985, se firmó el tratado de adhesión a la Comunidad Económica Europea.
Don Juan Carlos firmó su última ley como Monarca con una estilográfica dorada después de que el subsecretario del Ministerio de Presidencia, Jaime Pérez Renovales leyera el texto de la ley, de un solo artículo, y las palabras con las que el Monarca explicó el pasado 2 de junio los motivos de su abdicación. En primera línea estaban los tres poderes del Estado: Mariano Rajoy (Ejecutivo), Jesús Posada y Pío García-Escudero (Legislativo) y Carlos Lesmes y Francisco Pérez de los Cobos (judicial). Y la familia: la infanta Elena apenas lograba contener la emoción, sentada junto a Leonor, la nueva princesa de Asturias, y la infanta Sofía, que saltaron de sus sillas para besar a sus abuelos tras la firma de la ley de abdicación.
Los cerca de 160 invitados recibieron y despidieron a los Reyes con un largo aplauso. El himno de España sonó tres veces: a la entrada del Rey en el Palacio Real, y dos veces más durante la ceremonia. Don Juan Carlos escuchó por última vez los 21 cañonazos, o salvas, que le corresponden como Rey. Mañana no asistirá a la ceremonia de proclamación de su hijo. Quiere cederle todo el protagonismo.