El juego de la canarinha no le gusta a los brasileños, mientras la crítica le cae encima a Felipao: «Scolari ha dado un paso más en la desnaturalización de la selección y lo fía todo a Neymar. No hay más argumento en el juego»
Al acabar el partido entre Brasil y Chile, en el túnel de vestuarios y según varios testigos presenciales, el jefe de prensa de la selección brasileña Rodrigo Paiva se despidió burlonamente de los deprimidos futbolistas chilenos. Antes, durante el descanso, ya se las había tenido con Mauricio Pinilla, al que dicen (él lo negó) le había propinado un puñetazo (bofetón según otras versiones).
El suceso, exagerado o no, coloca en el primer plano el estado de nervios existente alrededor de la canarinha, empujada a cuartos de final por la suerte pero huérfana de fútbol. Mantenida por las paradas de Julio César, agarrada a la magia en cuentagotas de Neymar y asustada, por no decir atemorizada, ante el duelo del viernes frente a Colombia.
De los equipos que ya han tomado su billete a cuartos, Brasil se presenta como el menos consecuente en el terreno de juego y la crítica, velada de momento, amenaza con explotar contra Scolari. El seleccionador concentra todo su vigor en el factor emotivo, convierte todo el entorno del equipo nacional en una suerte de misión divina y aparca cualquier consideración deportiva. Sobrevive, malvive, a la realidad, pero la presión que se adivina empieza a ser descomunal.
«Fue una auténtica vergüenza», resume Joaquim Piera, periodista catalán afincado en Sao Paulo desde hace una década y que cubre el Mundial de la canarinha para el diario Sport. «Scolari ha dado un paso más en la desnaturalización de la selección y lo fía todo a Neymar. No hay más argumento en el juego», concluye.
Al joven crack azulgrana le acompaña (aunque podría decirse que le molesta) Fred en ataque. El delantero del Fluminense, que inventó el penalti que derrumbó a Croacia en el estreno y marcó un gol a Camerún, está en el punto de mira de una hinchada que también apunta a Hulk y comienza a dejar patente su enfado ante la desnaturalización ya evidente de una selección que juega de cualquier manera.
Por detrás de Neymar, Fernandinho. Y Ramires, Luiz Gustavo o Willian convertido en un correcaminos. Oscar alejado de cualquier plan y sin rastro de Hernanes. Scolari recuerda que su plan dio resultado en el Mundial de 2002 pero oculta que entonces a Ronaldo le acompañaban Rivaldo, Ronaldinho o Juninho. Aunque bueno es recordar que en aquel equipo tenía plaza asegurada un todoterreno como Emerson, que se perdió la cita por lesión.
El centrocampista de toque está en retirada en el presente del fútbol brasileño. Mauro Silva o Dunga, quienes personalizaron el carácter y fuerza hace dos décadas, han ido mutando en jugadores de marcado estilo rocoso y la canarinha se ha convertido en un equipo vulgar en el que apenas sobresalen una o dos piezas (ahora Neymar), pero donde no cabe la fantasía.
Scolari fue apartando a Kaká con disimulo y enterró al díscolo Ronaldinho sin que ello provocase que otros jugadores de sus características ocupasen el puesto. Dio a entender que este rol podía corresponderle a Paulinho pero el jugador del Tottenham ha quedado en el olvido del banquillo. Y delante la imprevisibilidad de Robinho perdió la guerra frente al soldado Fred.
Ni el pequeño Bernard ha gozado del favor de un seleccionador al que se acusa de haberle llamado para tapar la ausencia de Pato. Argumentó su olvido en su mal rendimiento… Pero se conoce que la pelea que tuvo con su antiguo representante Gilmar Veloz fue fatal para el delantero.
Arropado por el éxito de 1994, Brasil ha degenerado en las dos últimas décadas hacia el fútbol del que siempre renegó. El componente táctico, que siempre estuvo al servicio de las estrellas, ha ido dejando paso con cada vez más claridad al músculo y a la que fueron retirándose del primer plano los cracks fantasiosos la selección, el equipo nacional se ha convertido en un equipo del montón.
Colombia se presenta como un terremoto de imprevisibles consecuencias el viernes. Los cafeteros deslumbran con James Rodríguez, con Cuadrado y con un sistema tan dinámico como atrevido. Ante ello a Brasil apenas le queda seguir el plan de Scolari. Se agarra al marcador, pero se desnuda en el campo.
Polémicos calzoncillos
Los calzoncillos del delantero brasileño Neymar continúan sembrando polémica en el Mundial de fútbol debido a que su exhibición dentro de la cancha involucra millonarias sumas de dinero.
Según informó el portal UOL, la FIFA resolvió eximir de culpa al jugador pese a que no cumplió con la norma de marketing de la entidad, que prohíbe a los jugadores exhibir dentro de la cancha marcas, slogans o consignas políticas.
El atacante del Barcelona habría transgredido esa norma durante el choque entre Brasil y Camerún, en la primera fase de Brasil 2014.
Durante el partido, se pudo ver claramente la prenda interior que Neymar vestía bajo los pantalones cortos: un calzoncillo de la marca carioca Blue Man con los colores de la selección brasileña.
La imagen del delantero con las manos en la cintura y los pantalones cortos bastante más bajos de la cintura fue reproducida en medios y redes sociales, y dio lugar a que la FIFA las analizara para decidir si adoptaría medidas de sanción.
Blue Man aclaró por su parte que tanto Neymar como el resto de los jugadores de la selección brasileña recibieron prendas de regalo y que el delantero la usó durante el partido «por voluntad propia», descartando que se haya tratado de una acción publicitaria.
Con la aclaración, la firma busca evitar verse envuelta en una polémica similar a la que estalló en abril pasado, cuando Neymar fue acusado de mostrar intencionadamente en cinco oportunidades la marca Lupo de sus calzoncillos, durante un choque entre el Barcelona y el Atlético de Madrid.
En su momento, una persona próxima a la familia del jugador dijo a un medio que la exhibición de la prenda había sido intencional, en una acción se dio en llamar «marketing de emboscada».
Respecto al incidente más reciente, la FIFA dijo «creer» que «la exposición fue accidental», aunque aseguró que volvió a recordarle a la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) que las selecciones deben cumplir las reglas de marketing para no dañar la «integridad comercial» del Mundial.
Tanto en el episodio ocurrido en España como en el de ahora, Lupo y Blue Man se manifestaron satisfechas por el aumento «no intencional» de la exposición de sus productos en los medios.
Mientras que Blue Man no tiene compromisos contractuales con Neymar, Lupo se convirtió en su patrocinadora en 2011, cuando se firmó un contrato por 40 meses que rondó los dos millones de dólares.
Suárez se disculpó
El delantero de la Selección de Uruguay, Luis Suárez publicó a través de su cuenta oficial de Twitter una carta donde ofrece disculpas al defensa italiano Giorgio Chiellini, por morderlo en el duelo de Uruguay contra Italia en la Copa de Mundo de Brasil 2014. El ariete de Liverpool prometió que, «nunca volverá a pasar».
Suárez fue suspendido de la justa veraniega y tendrá que estar alejado de las canchas por los próximos cuatros meses. Utilizó las redes sociales para mostrar su sentir sobre lo sucedido y señaló que se encuentra «arrepentido profundamente» y pidió disculpas a la «familia del futbol» por la acción que cometió contra Chiellini.
El delantero charrúa ha estado en el ojo del huracán desde que mordió al defensa italiano, porque no es la primera vez que comete este tipo de acción en contra de un rival. Sin embargo, muchos han señalado que la sanción de la FIFA a Suárez es injusta y exagerada y otros indican que el elemento de Liverpool merecía una sanción ejemplar.
Por los próximos cuatros meses, Suárez no podrá disputar un partido o siquiera entrar a un estadio de futbol. Se perdió el duelo de octavos de final ante Colombia y no podrá disputar parte de la Copa América.
FOTO Brazil’s Neymar prays before a penalty shoot out at the end of the World Cup round of 16 soccer//AP Photo/Andre Penner