El Parque Nacional Warairarepano, es una de las principales referencias de la ciudad capitalina. Este cerro es pulmón y hasta inspiración para los caraqueños. Sin embargo, a diario este macizo lucha silenciosamente contra tres grandes enemigos: deforestaciones, invasiones e incendios
Los diversos problemas forestales que han venido ocurriendo en distintos parques nacionales de Venezuela, preocupan a los conservacionistas, las autoridades y en general a la ciudadanía. La temporada seca y las altas temperaturas nuevamente ponen alerta al país, por lo que se hace necesario intensificar las campañas de educación y prevención, así como los mecanismos para lograr una respuesta más inmediata.
Tal afirmación la realizó el Biólogo Diego Díaz Martín, presidente de Vitalis y jefe de Estudios Ambientales de la Universidad Metropolitana (UNIMET), al ser consultado ante los recientes incendios e invasiones en el parque nacional el Ávila.
Pese a su insuperable belleza, el parque enfrenta una situación a mediano y largo plazo que pone en peligro directo el correcto desenvolvimiento de sus ecosistemas y la hasta ahora excelente relación entre hombre y naturaleza.
Origen de los incendios
Díaz Martín señala que es muy difícil, por no decir imposible, que los incendios forestales se puedan producir espontáneamente en las regiones tropicales. Por esta razón alertó a las autoridades a permanecer atentas sobre las causas que determinan su recurrencia en Venezuela, recordando que la “Ley Penal del Ambiente de 2012 en su artículo 65, establece prisión de uno a seis años o multa de un mil a seis mil unidades tributarias, a quienes causen incendios de vegetación natural”.
Los incendios dentro del parque, han ocupado la principal razón de deforestación en los últimos años, entre las principales razones de dichos incendios es que estos han sido provocados para facilitar la invasión progresiva del parque, así como la expansión de las zonas agrarias. “Hay que resaltar que el parque registra grandes cifras de incendios y no cuenta con una logística eficiente para enfrentarlos, ni con un presupuesto digno para el combate de los mismos”.
“A parar las invasiones”
El miembro de VITALIS también indica que, “hay varios miembros de las poblaciones que han denunciado la invasión del parque por personas ajenas a dichas comunidades, pero al no haber una política gubernamental eficiente y mientras la Guardia Nacional Bolivariana no se comprometa a la defensa del parque, es poco lo que se puede hacer y por el contrario, se espera que las invasiones continúen e incluso se expandan a otras zonas del Warairarepano; lo que representa una población no planificada, que traerá consigo más problemas al parque y compromete el futuro de los ecosistemas”.
“Hoy podemos ver como existen áreas deforestadas que se han venido habitando de manera no planificada, así como también una expansión de las zonas agrarias que ha sido justificada por el crecimiento poblacional dentro del parque nacional. Esta realidad pareciera no tener vuelta atrás, por lo que el reto debe estar enfocado en establecer límites a las nuevas poblaciones que han venido apareciendo”.
Recomendaciones para evitar incendios
VITALIS formula una serie de recomendaciones para prevenir los incendios forestales:
Respete las rutas y horarios de uso de los parques nacionales.
Notifique inmediatamente a las autoridades cualquier columna de humo o incendio, a través de los números de emergencia como el 171.
Antes de reportar un incendio, asegúrese de tener a mano la locación exacta, con referencia de poblados cercanos, y un número de teléfono donde las autoridades puedan ubicarle.
Nunca queme basura.
No lance colillas de cigarrillos al piso, y mucho menos a la vegetación.
En áreas naturales evite encender velas o fogatas, a menos que sea permisado o estrictamente necesario, y esté alejado de la vegetación.
No se arriesgue a combatir un incendio si no es especialista.
Esté atento a participar en los programas de reforestación que son promovidos a nivel nacional.
Recuperación del parque
puede tardar décadas
En opinión del biólogo Diego Díaz Martín, presidente de Vitalis, «la recuperación de un bosque silvestre puede tardar varias décadas, dependiendo de su conformación físico-natural, pues los incendios forestales arrastran consigo innumerables consecuencias como la destrucción de la fauna y la flora y su hábitat natural”.
Se espera que con la llegada de las lluvias, «muchas zonas vuelvan a ponerse verdes», pero Martín aclara que, “ello no significa que se hayan recuperado, pues se requiere un manejo apropiado para lograr condiciones favorables que permitan recuperar las principales especies animales y vegetales que allí se encontraban, y los procesos ecológicos esenciales que sustentan sus principales bienes y servicios ambientales”.
Shirley Zambrano