Un planeta contaminado y en decadencia no solamente debe remitirse a un factor ambiental. En esto influye el desarrollo socioeconómico de un país. De ahí la importancia de que se ejecuten los cambios estructurales de fondo que permitan fomentar una cultura ecológica
Mucho se ha oído hablar del calentamiento global. Sin embargo, el trillado tema es sólo una de las tantas consecuencias del cambio climático que ha sufrido el planeta Tierra a lo largo de la historia.
¿Y qué se entiende por cambio climático? Wikipedia indica que con esta expresión se hace referencia «a la modificación del clima con respecto al historial climático a una escala global o regional. Tales cambios se producen a muy diversas escalas de tiempo y sobre todos los parámetros meteorológicos: temperatura, presión atmosférica, precipitaciones, nubosidad, etcétera».
A la hora de establecer responsabilidades, el ser humano es señalado como el principal implicado en los daños que sufre su entorno. Es a una serie de comportamientos de las industrias, de las empresas y de la vida a las que se les atribuye la alteración de los componentes de la atmósfera.
El controversial tema ha sido objeto de análisis y de estudios a escala mundial. Científicos y expertos en el área incluso han llegado a indicar por medio de sus declaraciones que a estas alturas del partido es poco lo que se puede hacer para revertir los efectos que ha causado el descuido gubernamental. Sin embargo, la inmensa mayoría de los seres humanos apuestan al menos a la estabilización del medio ambiente. Prueba de ello es la creación de instituciones y organizaciones que se especializan en el tema ecológico en todo el mundo.
Competencia de todos
La protección del ambiente es competencia de cada ciudadano que sienta el compromiso de cumplir con sus deberes sociales, pero sobre todo es una tarea que deben asumir con prioridad los representantes gubernamentales a través de las instancias creadas para tales fines.
Un planeta contaminado y en decadencia no debe remitirse netamente a un factor ambiental. En ello influye el desarrollo socioeconómico de un país. De ahí la importancia que estriba el que se ejecuten los cambios estructurales de fondo que permitan fomentar una cultura ecológica.
Según información reciente aportada por Alicia Villamizar, profesora del Departamento de Estudios Ambientales de la Universidad Simón Bolívar, por medio de una entrevista que ofreciera al diario El Universal en abril de este año 2014, al menos en Venezuela se han hecho pocos avances en políticas públicas que permitan conocer detalles relevantes vinculados a los gases de efecto invernadero.
Señala el artículo que, a su juicio, Venezuela no asume controles en las operaciones de la industria petrolera por ejemplo, los cuales podrían evitar el fuerte impacto ambiental que trae consigo el deterioro de zonas del país, tales como Los Andes en donde los glaciares casi ni existen, uniéndose a esto la pérdida de más de 4 mil kilómetros de costa costa continental e insular. Como si no fuese poco, al mal se le suman las emisiones de dióxido de carbono.
«Venezuela no tiene mitigación de emisiones y mucho menos adaptación para el futuro, lo que no nos permitirá reconocer, por ejemplo, cuáles son los rubros agrícolas que no resistirán el aumento de las temperaturas», asegura Villamizar.
Políticas de Estado
El panorama dista mucho de ser consolador. Pero se puede destacar que las instancias gubernamentales deben ser garantes de la conservación del ecosistema, y en consonancia con este principio fomentar y estimular una cultura que exhorte al individuo desde casa, desde su comunidad y desde su país a tener gestos de sensibilidad con el ambiente.
El Estado puede y de hecho tiene el deber de diseñar políticas que reduzcan la emisiones de gases de efecto invernadero y de otras sustancias.
También y como lo ha venido haciendo, reforzar el uso de los medios de comunicación social y los avances tecnológicos para lograr que los ciudadanos eviten el alto consumo de la energía. Especialistas indican que lamentablemente por ser un país petrolero, Venezuela carece de una cultura de preservación de sus recursos y sus habitantes sienten que se pueden dar el lujo de derrochar.
En este sentido, surge la necesidad de incentivar el cuidado del Planeta que como se indicó puede iniciarse a través de los medios a los que el común tiene acceso: televisión, internet y redes sociales.
El futuro está en juego
Como ha quedado claro, el futuro de nosotros y de las próximas generaciones está en juego en lo que a la conservación del ambiente se refiere. Es vital entonces que hasta se ejerza presión en los gobernantes locales, regionales y nacionales, dado que tienen el compromiso de cumplir con medidas de ahorro. Con el poder de un Gobierno se pueden lograr muchas cosas. La utilización de los paneles solares no es una práctica muy común en nuestro país. Sin embargo, es de fácil uso y permite utilizar un recurso renovable como es el Sol que está presente los 365 días del año en un país tropical como este.
El tema sin duda es profundo, tanto que ha sido digno de análisis y acuerdos internacionales. Lo cierto es que la Tierra es una bomba de tiempo que clama la atención urgente de sus ocupantes. Es hora de trabajar en conjunto.
Yohadi Arteaga
yohaarteaga@gmail.com