Un error que se comete es subestimar la capacidad de entendimiento de los pequeños de la casa, con temas que son considerados exclusivos para los adultos, tal y como lo es el cuidado del planeta
Reza un dicho popular que la educación inicia desde casa. El refrán cobra sentido pues definitivamente hay detalles de la vida en los que el papel de los padres es fundamental para el desarrollo y desenvolvimiento de los niños y niñas.
Si bien es cierto que hay temas reservados para los adultos, no lo es menos el hecho de que desde tierna edad se puede instruir al muchacho en asuntos vinculados con principios y valores como el respeto, la solidaridad y el amor, lo que resulta vital en su presente y futuro desarrollo de relaciones humanas y hasta en su relación con el planeta.
Sembrar en la conciencia del joven que sus acciones tienen consecuencias, los prepara para discernir y tomar buenas decisiones. Y esto se vincula precisamente con el impacto que tiene su comportamiento en el medio ambiente. Especialistas indican que es un error subestimar la capacidad de entendimiento de los niños a la hora de plantearles la necesidad de cuidar su entorno.
De manera didáctica y sencilla se les puede enseñar cómo cuidar el planeta en donde están creciendo y en el que pueden ver crecer a sus futuros hijos.
Dé el ejemplo
Más que cualquier cosa que puedan escuchar, los niños y las niñas se fijan mucho en el ejemplo que dan los adultos, sobre todo en el que dan papá y mamá, quienes son los héroes de su vida.
Por eso, si quiere infundir respeto y amor por el medio ambiente en su hijo, muéstrele con acciones cómo puede hacerlo. No es necesario sentarse a dar una clase tediosa sobre la contaminación. Momentos de la vida cotidiana son propicios para instruir de manera práctica a los más pequeños de la casa, como cuando la luz de su cuarto o de alguna área de la casa se encuentra encendida sin que sea necesario.
Señala una obra de consulta virtual que esta situación es idónea para mostrarle al jovencito o a la jovencita que si las luces no están en uso, deben apagarse para no solamente evitar un alto consumo, sino además para valorar este recurso.
En la calle también se puede aprovechar para enseñar a los niños a no hacer lo que por mala costumbre practican los adultos. Tal es el caso de arrojar desechos sólidos al piso o echarlos por la ventana de un autobús. Por norma general, cuando consumen chucherías, ellos no le prestan demasiada atención al sitio en donde debe arrojarse el envoltorio. Este por ejemplo, es un momento importantísimo para indicarle que él mismo debe llevarlo al cesto, bien sea que se encuentren en casa o en un espacio público.
Hazlo partícipe…
Un método que le funciona a muchos padres, de acuerdo a las informaciones que aporta el blog chipilinfrontera, es haciéndolo partícipe de actividades en las que el niño o la niña agradezcan tener un lindo planeta y aprendan que ellos sí pueden preservarlo.
Se puede sembrar una planta en casa con ayuda de papá o mamá, pero que el pequeño cuide de manera personal. Es recomendable que él mismo la escoja para que esté más incentivado. Experimentar cómo crece la especie gracias a su atención, lo hará valorar su entorno, al tiempo en que admira la belleza de la naturaleza con un sencillo acto. Eso no lo olvidará
Otro punto importante, sobre todo en estos tiempos en los que la contaminación ha provocado graves impactos en el planeta, es enseñar a los niños y niñas a preservar el agua. Igualmente con actividades de la vida cotidiana y tareas del hogar como bañarse, cepillarse los dientes y lavarse las manos se hace bastante.
Enseña a preservar el agua
A los jovencitos les gusta mucho jugar con el agua o durar más tiempo en la ducha. Indícales que deben cerrar el grifo o llave cuando no usen la regadera o el lavamanos, al tiempo en que les dice por qué deben actuar de ese modo. Si hay escasez de agua, como ocurre en muchas comunidades, se puede aprovechar esta ocasión para reciclar el vital líquido y reutilizarlo para el uso en los sanitarios.
Y si de reciclaje se trata, a la hora de las tareas de la escuela puede mostrarles que hay materiales que pueden reutilizarse en varias cosas. Quizá pueda dejar de comprar un tipo de papel en específico y usar uno que ya tenga en casa. De este modo y con ejemplos fáciles, los más pequeños tomarán más consciencia de que pueden ser agentes de cambio en la conservación del medio ambiente.
Yohadi Arteaga
yohaarteaga@gmail.com