Este alimento es una fuente de carbohidratos necesaria para una dieta equilibrada, aunque hay que seleccionar con mucho cuidado la clase que se ingiere
El pan es el alimento que, por excelencia, suele desaparecer de las comidas en cuanto se comienza un régimen. Sin embargo, como bien ha señalado la versión en línea de la «BBC», no es necesario despreciar este comestible en el momento en que deseemos perder peso, basta únicamente con pasarse al integral, hacerlo en casa –evitando así la sal y los conservantes de su versión industrial- y eludir mezclarlo con mantequilla o embutidos. abc.es
Y es que, como señalan los dietistas, este alimento es una fuente de carbohidratos necesaria para una dieta equilibrada, aunque hay que seleccionar con mucho cuidado la clase que se ingiere. Así pues, y según recoge el popular diario británico, 100 gramos de pan industrial (usualmente de molde, aunque también en la mayoría de sus variantes) contienen 35 calorías más que el que se elabora de forma casera,
Esto se debe a la cantidad de sal, emulsionantes, azúcares y conservantes que se usan en la fabricación de este alimento en las grandes factorías –lo que hace que, por cada dos o tres rebanadas de pan (dependiendo del fabricante), estemos ingiriendo un total de 233 calorías y 1,7 gramos de grasa. Por el contrario, si elaboramos este alimento en casa con productos naturales, la cantidad se reducirá hasta las 198 calorías y 1,4 gramos de grasa.
Otros métodos para no evitar el pan
Si no te es imposible hacer de panadero, otra solución es cambiar el pan industrial de molde por el integral. Esto se debe a que la harina que se usa en la elaboración de este tipo de alimento contiene más vitamina B, fibra, calcio, hierro y nutrientes que el blanco. A su vez, este pan es una fuente de carbohidratos que se digieren de forma más lenta y que, por lo tanto, pueden ser utilizados durante más tiempo por el cuerpo.
Finalmente, no hay que olvidar que, en ocasiones, lo que engorda no es el pan que ingerimos, sino los alimentos con los que lo acompañamos. Así pues, y según los expertos, no es malo tomarse un sándwich todos los días, pero si habría que cambiar el clásico embutido por una base de ensalada. Lo mismo sucede con el desayuno, donde hay que evitar la mantequilla en favor del plátano, por ejemplo.
Vía La Patilla