Los manifestantes aseguran que 81 niños, un grupo de mujeres embarazadas y personas mayores, están expuestas a enfermedades debido a un pozo que se formó con aguas blancas y negras, que despide un fuerte olor a cloaca por toda la zona
28 familias se apostaron desde las 5 de la mañana frente al Polideportivo del Liceo Fermín Toro, en El Silencio, exigiendo una respuesta a su situación, asegurando que viven en esas instalaciones desde hace seis meses en malas condiciones.
Según Emerli Mota, habitante del sitio, afirmó que, “la protesta que realizamos es debido a que nos dijeron que en 24 horas nos daban solución y de eso ya han pasado seis meses, y todas las puertas nos las han cerrado. Queremos que alguien nos preste atención al llamado, lo único que pedimos que nos reubiquen en un refugio o una casa digna de vivir”.
Aseguró que la crisis en el recinto se ha agudizado debido a que se formó un pozo de aguas blancas y negras en la entrada, “el olor es insoportable, aquí tenemos 81 niños que se nos están enfermando con dengue y vómitos producto de la contaminación que ha traído estas aguas”.
Ni las cartas
han servido
Un grupo de voceros indicó que cuenta con una carta de la Alcaldía de Caracas con la que pueden solicitar un refugio pero no les ha sido útil.
«Nos dieron la carta asegurando que nos solucionarán el problema, pero la llevamos a varios despachos y no las quisieron quitar porque y que no deberíamos tenerla, que no sirve, puras excusas.
Así lo dio a conocer Génesis Figueredo, agregando que, «necesitamos una solución. Aquí hay personas enfermas de cáncer, que reciben diálisis, muchas embarazadas y niños. Cuando llueve nos mojamos, no tenemos agua”.
El día a día
Para los habitantes no es fácil compartir sus habitaciones con cuatro familias más. Brizneida Frises comenta que, “nuestro día a día es levantarnos muy temprano, hay quienes se van atrabajar mientras que otros se quedan aquí, entre todos limpiamos y acomodamos todo. Pero igual no son las condiciones óptimas para vivir, hay días que tenemos que esperar que traigan cisternas para llenar los tobos de agua y poder cocinar y bañarnos”.
“Estamos aquí porque no tenemos para dónde irnos, yo tengo ocho hijos y un nieto y todos estamos aquí, esperando que nos ayuden”, manifestó Nancy Coromoto Perdomo, otra de las habitantes.
Claman atención
Para Elizabet Pacheco, lo único que las familias esperan es que el Gobierno Nacional se aboque ante la situación y les asignen una vivienda. “Ya tenemos seis meses sin respuesta, hemos hablado con el coordinador de viviendas Franco Manrique y nos dice que no puede solucionarnos nada”.
Ante esto, Pacheco asegura que, “hacemos llamado al presidente Nicolás Maduro para que se entere de nuestra situación, somos 28 familias con 81 niños que necesitamos un hogar estable”.
Shirley Zambrano