El cantante colombiana estuvo acompañada del rapero Wyclef Jean, el guitarrista mexicano Carlos Santana y el cantante brasileño Alexandre Pires, en el acto de clausura del mundial Brasil 2014
La cantante colombiana Shakira levantó este domingo el estadio Maracaná de Río de Janeiro en la fiesta de clausura del Mundial, antes del partido entre Alemania y Argentina, que tuvo a la samba como gran protagonista.
El “la, la, la”, estribillo de la canción “Dare” de la cantante colombiana, causó un bramido en las gradas del estadio carioca, que estaba a media capacidad cuando Shakira hizo irrupción en el escenario, en el centro de una inmensa bandera brasileña tendida sobre el césped.
El resto de la ceremonia, de 18 minutos de duración, tuvo cierta acogida entre los hinchas brasileños, pero no así entre los argentinos y alemanes que copaban las tribunas y recibieron con cierta frialdad las coreografías de los bailarines de samba.
Con la acústica del estadio al límite, los tambores y timbales de un centenar de percusionistas de la escuela de samba Grande-Río retumbaron durante toda la fiesta que calentaba motores para la gran final del Mundial de Brasil.
La samba, música nacida en las favelas del centro de Río de Janeiro, a poca distancia del estadio Maracaná, impregnó toda la ceremonia.
La cantante colombiana Shakira levantó este domingo el estadio Maracaná de Río de Janeiro en la fiesta de clausura del Mundial, antes del partido entre Alemania y Argentina, que tuvo a la samba como gran protagonista.
El “la, la, la”, estribillo de la canción “Dare” de la cantante colombiana, causó un bramido en las gradas del estadio carioca, que estaba a media capacidad cuando Shakira hizo irrupción en el escenario, en el centro de una inmensa bandera brasileña tendida sobre el césped.
El resto de la ceremonia, de 18 minutos de duración, tuvo cierta acogida entre los hinchas brasileños, pero no así entre los argentinos y alemanes que copaban las tribunas y recibieron con cierta frialdad las coreografías de los bailarines de samba.
Con la acústica del estadio al límite, los tambores y timbales de un centenar de percusionistas de la escuela de samba Grande-Río retumbaron durante toda la fiesta que calentaba motores para la gran final del Mundial de Brasil.
La samba, música nacida en las favelas del centro de Río de Janeiro, a poca distancia del estadio Maracaná, impregnó toda la ceremonia.
Luego un par de hileras de mulatas, las bailarinas de los carnavales, con diminutos disfraces dorados que hacen alusión al trofeo, hicieron su entrada a la vez que dos jugadores vestidos con los uniformes de Argentina y Alemania hicieron unos malabarismos con el balón en el centro del escenario.
Entonces irrumpió el cantante brasileño Carinhos Brown, en traje negro y con una cresta de plumas brillantes, negras y blancas, para dar entrada y acompañar a Shakira, quien, vestida de rojo, se hizo la reina de la fiesta tocando los bongos y con sus bailes de movimientos entrecortados.
El rapero Wyclef Jean, el guitarrista mexicano Carlos Santana y el cantante brasileño Alexandre Pires interpretaron otro de los temas del Mundial, “Dar Um Jeito – We Will Find a Way”, mientras decenas de bailarines hacían coreografías.
La fiesta concluyó con la breve interpretación de estrofas de canciones brasileña como “Domingo eu vou ao Maracan”, un clásico de reminiscencias futbolísticas, y los temas “Poeira” y “Explode Corao”, ambos a cargo de la brasileña Ivete Sangalo, toda una diva de la música “axé”, un ritmo pop típico del estado de Bahía, que fueron coreados por los brasileños.