El receptor Salvador Pérez se siente orgulloso de recibirle a Félix Hernández en el Juego de las Estrellas
Con un récord de ocho venezolanos en el Juego de Estrellas de 2014 tiene que ser un enorme orgullo integrar la primera batería de esa nación abriendo por la Liga Americana en el Clásico de mediados de temporada. Y ciertamente Salvador Pérez está muy feliz de recibirle los envíos a su legendario paisano Félix Hernández.
«Contentísimo, agradecido con Dios, por darme la oportunidad de abrir un Juego de Estrellas y mejor aún como el receptor de Félix», expresó Pérez, brillante careta de los Reales de Kansas City.
«Espero que las cosas salgan bien. Esto es un orgullo para nosotros y estoy seguro de que lo será también para toda Venezuela».
De 24 años de edad, Pérez se encamina hacia la que pudiera ser su mejor temporada en las Grandes Ligas. Ya está bien cerca de rebasar su tope personal de jonrones (13 en 2013) porque lleva 11 palos de cuatro esquinas y de paso promedia para .283, con 17 dobletes y 36 carreras impulsadas en sus primeros 325 turnos.
Ya Pérez había hilvanado muchos méritos para ser parte de la gran fiesta de mediados de temporada, pero el destino le permite abrir en Minneapolis debido a la lesión de Matt Wieters, su colega de los Orioles de Baltimore que recibió la mayor cantidad de votos de la fanaticada.
«Le doy gracias a Dios por esta oportunidad, que significa mucho para mí», comentó el receptor nativo de Valencia, en la región norcentral de Venezuela. «Sé que tengo que seguir trabajando duro para ayudar mucho a mi equipo en la segunda mitad de la temporada».
Aparte de su éxito personal tanto a la defensiva como a la ofensiva, Pérez, conceptuado como uno de los receptores jóvenes más completos del Béisbol de Lujo, se siente especialmente contento por la forma como su equipo ha pasado a ser una novena altamente competidora en el Centro de la Liga Americana, especialmente ahora cuando va a estar con los Reales por bastante tiempo por haber firmado un contrato por cinco años más opciones por un total de $19.75 millones.
«De dónde venimos es bastante difícil (económicamente)», dijo Pérez. «Mi mamá hizo un gran trabajo para darme la oportunidad de lograr mis sueños y cuando tuve la oportunidad de ayudar a mi familia esa fue mi prioridad. Nunca tuve dudas de eso. La familia siempre tiene que venir primero».
No todas las experiencias en la pelota son gratas y Pérez fue co-protagonista de una de ellas, en la ocasión en la que una fuerte línea suya le pegó de lleno en la cabeza al estelar relevista de los Rojos de Cincinnati, Aroldis Chapman, en partido de la pretemporada. Tan grave fue ese percance, que por momentos se temió no sólo por el Chapman atleta, sino por el Chapman ser humano.
«Estoy tan contento de ver a Aroldis aquí con nosotros», indicó Pérez. «Aquella fue una experiencia horrible para todos. Me puse bien triste. Le dije lo mal que me sentía cuando lo visité en el hospital. Lo que le ocurrió es parte de la pelota, pero me siento feliz de que se haya recuperado tan bien, al punto de que ahora está aquí en el Juego de Estrellas».
Curiosamente, Pérez es uno de los peloteros más robustos que participan en el Juego de Estrellas de 2014 en contraste con un amigo y paisano suyo, José Altuve, de los Astros de Houston, que es el más diminuto físicamente, pero tiene un corazón del tamaño de un templo.
«Jugamos juntos desde que éramos bien pequeños», recordó con nostalgia Pérez. «Yo abría como receptor o primera base y él (Altuve) estaba en la banca, pero tan pronto se dieron cuenta de que es un tremendo bateador siempre lo pusieron en la alineación. Siempre creí en él, así como siempre creí en (Alexi) Amarista (versátil pelotero venezolano de los Padres de San Diego, de baja estatura física, pero gran jugador)».
Tal vez Pérez y Altuve tengan algunos momentos para compartir recuerdos de aquella infancia feliz como amigos y peloteros que derivó en trayectorias brillantes en la Gran Carpa y por ende la presencia de ambos en el mismo equipo de la Liga Americana con motivo del Juego de Estrellas de 2014.
“Es un honor”
Félix Hernández ya se encuentra en Minnesota para cumplir con su quinto llamado al Juego de Estrellas y el primero como abridor de la selección de la Liga Americana.
En la acostumbrada rueda de prensa, que sirve de antesala al Festival de Jonrones, el as de los Marineros de Seattle se mostró feliz por ser el primer venezolano que tiene el honor de abrir en un Clásico de mitad de temporada.
«Es un honor», dijo «El Rey», según reseñó mlb.com. «Ser el primer venezolano es algo muy especial», agregó.
Hernández (11-1, 2.12 de efectividad y 154 ponches) tendrá a otro criollo como receptor, Salvador Pérez (Kansas City), quien previamente había sustituido al elegido Matt Wieters (Baltimore) en el roster activo. Ambos se convertirán en la primera batería venezolana abridora en un clásico de luminarias.
«Es divertido. «Sólo tengo que salir y hacer lo que siempre hago, lanzar ceros para ayudar a mi equipo a ganar», enfatizó Hernández, que tiene marca de 2-1 con efectividad de 1.88 en tres aperturas en el Target Field.
El mánager de la representación del joven circuito, John Farrell, reconoció que la elección de Félix fue la más idónea por su trayectoria y el desempeño en la presente temporada.
«Habían muchos candidatos con méritos suficientes, pero dado lo que Hernández ha hecho a lo largo de su carrera y lo que está haciendo este año, es admirable», dijo Farrell, que realizó el anuncio ayer, en horas de la mañana.
Hernández se convierte, a su vez, en el primer lanzador de los Marineros que abre en un Juego de Estrellas desde 1997, cuando Randy Johnson se ganó el derecho.
Precisamente «El Rey» viene de quebrar un récord del legendario lanzador zurdo con su efectividad de 2.12, que ahora es el porcentaje de carreras limpias más bajo para un lanzador de los navieros antes de la pausa por el Juego de Estrellas.
Aprende Bumgarner
Quizás los números de 2014 no sean exactamente los que se había propuesto obtener el zurdo venezolano Edwin Escobar, de los Gigantes de San Francisco, pero considera que ha aprendido bastante desde los entrenamientos de primavera.
Y cuando alguien que le dedica su vida al apasionante mundo de la pelota aprende de los consejos de su ídolo es mucho mejor todavía y por eso Escobar, primo de Kelvim y Alcides Escobar, y varios de sus paisanos que se han desempeñado en las Ligas Mayores, se siente como en la gloria.
«Admiro mucho a Madison Bumgarner», expresó Escobar, conceptuado a principios de este año como el décimo mejor prospecto de la organización de los Gigantes. «En los Entrenamientos de Primavera estuvimos trabajando juntos y aprendí algunas cosas buenas de él. Aprecio mucho que una súper estrella de su calibre haya dedicado tanto de su tiempo para ayudarme».
En su primera temporada a nivel de la AAA, Escobar, de 22 años de edad, tiene registro de 3-8 con efectividad de 5.06. administrando 93 ponches en 105 episodios de trabajo, a un nivel relativamente fuerte porque en la Liga de la Costa del Pacífico juegan muchos peloteros que en cualquier momento pueden subir o bajar a las Grandes Ligas con sus respectivas organizaciones.
«Mis números no han sido tan buenos como en la temporada pasada, pero aunque no sea ninguna excusa he estado trabajando fuerte a ese nivel, incrementando mi número de entradas y de lanzamientos por cada juego», analizó Escobar para las mayores. «Ahora mismo me siento muy bien y orgulloso de estar rodeado de tantos peloteros buenos en este Juego de las Futuras Estrellas».
«Me siento muy bien lanzando en esa Liga [AAA] porque allí juegan muchos peloteros veteranos y si cometes una equivocación te van a pegar duro y te vas a meter en problemas», agregó el zurdo que es conceptuado como una carta del futuro para la rotación del equipo grande dirigido por Bruce Bochy.
A diferencia de otros peloteros que intervinieron en el Juego de las Futuras Estrellas que todavía no tienen experiencia en sus respectivos países de origen, Escobar ya ha lanzado en 24 partidos a lo largo de tres temporadas con los Cardenales de Lara en la exigente pelota invernal venezolana. «Me ya ayudado bastante la experiencia que he obtenido allá», dijo el nativo de La Sabana, una población del estado Vargas, ubicado en el Litoral Central venezolano.
En Venezuela ha trabajado tanto como abridor que como relevista, pero Escobar no tiene la menor duda de cuál es su preferencia como serpentinero. «Soy un lanzador abridor, que me gusta ir de menos a más. Actualmente trabajo en mi consistencia».
La bola rápida es la principal herramienta de este zurdo venezolano que originalmente pertenecía a la organización de los Rangers de Texas y que fuera canjeado a la de los Gigantes por el también lanzador Ben Snyder el 1 de abril de 2010.
«La velocidad es mi arma que uso bastante, pero lo que es el cambio y la slider son bastante buenos», se definió Escobar. «Todos esos envíos los uso mucho y me han ayudado a tener bastante éxito en el beisbol».
Subir a las Grandes Ligas y establecerse en una rotación en la meca de la pelota son sus principales metas, pero eso es algo que no le quita el sueño en los actuales momentos. «Me concentro ahora en lanzar en la Triple ‘A’ y no le pongo mucha atención a lo que pueda ocurrir en las Grandes Ligas», aseguró Escobar. «Sólo espero por el momento la oportunidad. Hay otras cosas por las que debo preocuparme y en las cuales debo seguir trabajando».
Manolo Hernández Douen
lasmayores.com