Las mujeres de mediana edad que sufrieron algún abuso sexual en la niñez podrían ser más propensas a presentar señales tempranas de enfermedades cardiacas, según un nuevo estudio
Las adversidades sufridas al principio de la vida podrían tener implicaciones para el desarrollo de los factores de riesgo de las enfermedades cardiacas en la mediana edad, afirmó la investigadora principal, Rebecca Thurston, directora del Laboratorio de Salud Bioconductual de Mujeres de la Universidad de Pittsburgh.
El equipo de Thurston recogió los datos de 1,400 mujeres blancas, negras, hispanas y chinas, de 42 a 52 años de edad. Formaban parte de un estudio nacional que contó con mujeres de Boston, Chicago, Los Ángeles, Pittsburgh, Newark (Nueva Jersey) y Oakland (California).
Los investigadores hallaron que las mujeres que sufrieron abusos sexuales en la niñez mostraron señales de endurecimiento de las arterias del cuello, un marcador temprano de las enfermedades cardiacas. Esto no se observó en las mujeres que no sufrieron abusos sexuales, dijo Thurston. Este hallazgo no estaba conectado con los factores de riesgo tradicionales de enfermedad cardiaca, como puede ser la obesidad, fumar y el colesterol, añadió.
Thurston comentó que el estudio no demuestra que el abuso sexual en la infancia provoque enfermedades cardiacas, sino solamente que hay una asociación entre ambas cosas.
«Para demostrar una relación de causalidad, se tendría que realizar un ensayo aleatorizado que asignara a algunas chicas al abuso y a otras no, algo que obviamente no se haría», explicó. «Todas las investigaciones sobre los abusos infantiles y las consecuencias para la salud son puramente asociativas».
Aunque no está claro qué factores crean la asociación, podrían darse cambios en el sistema nervioso o un exceso de hormonas del estrés, dijo Thurston. Además, algunas de estas mujeres podrían realizar conductas más arriesgadas para la salud.
Si una mujer debería decirle o no a su médico que sufrió abusos sexuales en la infancia es su decisión, añadió Thurston.
«Es una cuestión de qué tan segura se siente una mujer con sus médicos», dijo. «Se trata de una área muy sensible, y ha de haber confianza cuando una mujer hable de estas cuestiones con su médico. Pero si ella tiene este tipo de confianza, valdría la pena mencionarlo», sugirió.
«Los médicos deberían ser conscientes de la importancia de los factores de riesgo psicológicos a la hora de comprender el riesgo de enfermedades cardiacas de una mujer», añadió Thurston.
El informe aparece en la edición en línea del 17 de julio de la revista Stroke.
El Dr. Gregg Fonarow, profesor de cardiología en la Facultad de Medicina David Geffen de la Universidad de California en Los Ángeles, dijo que el nuevo estudio y otras investigaciones «sugieren que la exposición una cantidad de estrés psicosocial sustancial en la infancia puede impactar el riesgo subsiguiente de desarrollo de las enfermedades cardiacas».
Otra experta, la Dra. Tara Narula, directora asociada de la unidad de atención cardiaca del Hospital Lenox Hill, en la ciudad de Nueva York, se mostró de acuerdo.
«El estado psicológico actual de un individuo cada vez se reconoce más como un factor contribuyente importante del riesgo de enfermedades cardiacas, y ahora podemos estar observando que podría ser crítico detectar si hubo estrés en el inicio de la vida», señaló.
No es sorprendente, dijo Narula, que las mujeres que hayan sufrido un trauma tan grave y que cambia la vida en la infancia como un abuso sexual puedan tener daños a largo plazo en su salud cardiaca.
«Este estudio, el primero de este tipo, sin duda amerita que se realice más investigación. En general, aumenta la concienciación tanto de los médicos como de los pacientes, y aunque es difícil que se revele, hablar sobre cualquier antecedente de abuso sexual podría traer un beneficio para la salud cardiaca», indicó Narula.
Las preguntas…
Para realizar el estudio, se preguntó a las mujeres si habían sufrido algún abuso físico o sexual. Además, les realizaron pruebas anualmente para una serie de factores de riesgo de enfermedades cardiacas.
Aproximadamente el 16 por ciento de las mujeres dijeron que habían sufrido abusos sexuales. Entre las mujeres negras, hasta el 20 por ciento reportaron haber sufrido abusos sexuales, señalaron los investigadores.
Después de 12 años, a medida que las mujeres entraban en la menopausia, les realizaron una prueba de ultrasonidos durante su última visita anual, para ver si tenían alguna acumulación de placa en las arterias carótidas. Esas arterias llevan sangre desde el corazón al cerebro y la cara.
Los investigadores hallaron que las mujeres que habían sufrido abusos sexuales tenían una mayor acumulación de placa en esas arterias que las que no. El hecho de haber sufrido abusos físicos no estuvo relacionado con un engrosamiento mayor de las arterias carótidas, indicaron los investigadores.
Agencias.