El diputado a la Asamblea Nacional y dirigente de Primero Justicia, Alfonso Marquina, al rechazar la firma de los nuevos 38 acuerdos con China aseguró, este miércoles, que con estos nuevos convenios la deuda con ese país ascenderá a 50 mil millones de dólares.
“Venezuela se ha convertido en el primer país de Latinoamérica en cantidad de financiamiento otorgado por China y la principal fuente de contratos que abarcan casi todos los sectores de la vida nacional, desde el petrolero con su faja del Orinoco, hasta la importación de electrodomésticos”.
En rueda de prensa, el parlamentario reiteró que en los últimos 15 años se han firmado 450 acuerdos que lamentablemente hipotecan el futuro de nuestros hijos y nietos cuando se compromete la entrega de petróleo para los próximos años sin recibir un centavo.
“Ya estamos enviando unos 500 mil barriles diarios de petróleo a China y en los próximos años se aumentara a Un Millón, y nadie sabe a qué precio se está comprometiendo toda esa cantidad de crudo, pero de seguro es a precio de gallina flaca”.
Sostuvo que se han firmado acuerdos para construir obras o para adquirir recursos y el gobierno los ha despilfarrado “China entregó 633 millones de dólares para la compra de material quirúrgico y no hay insumos en los hospitales. Entregó 1.568 millones de dólares para la construcción de viviendas en Ciudad Tiuna, y aún no se ha entregado ni un solo apartamento, a pesar de la promesa de otorgarlos en el año 2012”.
También Marquina se refirió a la crítica situación del sector eléctrico que ha recibido del Fondo Chino unos 5.697.599.284 millones de dólares y sin embargo los apagones continúan y solo en este año se han producido 10 mil 647 en todo el país. Por lo que el parlamentario se pregunta:
“Y que se ha hecho con esta inmensa cantidad de dinero? Ha mejorado la calidad de vida de los venezolanos? La triste realidad es que Maduro y sus enchufados han montado un gigantesco Guiso Chino, comprometiendo la renta petrolera y lo más grave de todo es que estos recursos se manejan de manera discrecional y sin ningún tipo de control”.