Para el diputado Hiram Gaviria, la sequía es solo un factor puntual pues lo que realmente ha afectado a la ganadería han sido una serie de políticas equivocadas como las confiscaciones de tierras, las regulaciones de precios y las masivas importaciones de productos pecuarios.
Gaviria, reconoció este miércoles que la severa sequía de 2014 ha afectado a la ganadería y también a las siembras de maíz y arroz. “En el caso de la ganadería, las cifras oficiales del ministerio de Agricultura y Tierras hablan de que han muerto unas 35 mil reses, frente a unas cifras muy superiores emitidas por los gremios ganaderos Fedenaga y Confagan”.
Gaviria, también doctor en economía agrícola, resaltó que además de la muerte de los animales por falta de agua y pastos, existen unos efectos secundarios que dificultarán que las vacas puedan preñarse a los ritmos acostumbrados. “En la ganadería tendrá efectos a mediano plazo muy perniciosos sobre el abastecimiento de carne y leche lamentablemente”.
Para Gaviria, el problema en Venezuela es que no se tomaron previsiones como hicieron en otros países de la región. “Aumentan su capacidad de almacenamiento de agua, embalses, sistemas de riego, la dotación de pozos, mejoramiento de pastos, fabricación de alimentos de mantenimiento. Son países que toman previsiones, en el caso nuestro lamentablemente, a pesar de que se ha venido advirtiendo no las hemos tomado”.
Aunque Gaviria considera que en Venezuela la agricultura ha sido un sector desatendido, las políticas hacia al campo implementadas desde hace 15 años agravaron la situación. “Todo este proceso confiscatorio, que se desarrolla a partir del 10 de diciembre de 2001 cuando se promulga la primera Ley de Tierras, luego lo relativo a los Fondos Zamoranos, y las confiscaciones de tierras en el sur del Lago de Maracaibo, aquel nefasto 17 de diciembre de 2010 cuando se confiscaron 47 unidades de producción, vulneraron la seguridad jurídica en el campo venezolano, al no haber garantía de propiedad disminuyo la inversión en las haciendas ganaderas de Venezuela”.
Asimismo, Gaviria considera que las regulaciones de precios afectaron aun más la rentabilidad de los productos pecuarios. “Los precios regulados estaban por debajo de los costos de producción y todas las masivas importaciones de carne y leche afectaron aun más a la ganadería”.