Cómo intervienen los nuevos métodos anticonceptivos en el acné

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Hasta un 80% de la población entre los 14 y 40 años se ve afectada por el acné, que es una enfermedad que afecta las glándulas sebáceas, la proliferación de bacterias anaerobias e inflamación.

Una de cada 20 mujeres adultas sufre de acné en rostro, escote y/o espalda; y los dermatólogos explican que algunas de las causas que lo provoca son alteraciones hormonales, trastornos metabólicos (obesidad, alteración de colesterol, diabetes, etc.), cosméticos, entre otras.

El acné frecuentemente puede estar acompañado de piel oleosa, alopecia (zonas con escaso cabello o sin cabello), hirsutismo (vello no deseado en sitios donde la distribución es masculina). A este síndrome se denomina Hiperandrogenismo, por estar frecuentemente relacionado con aumento de los andrógenos libres (hormonas sexuales producidas por ovarios y glándula suprarrenal) o sensibilidad de sus receptores en piel.

En esta condición de hiperandrogenismo, suele estar causado por el Síndrome de Ovarios Poliquístico (SOP), y con regularidad se prescriben pastillas anticonceptivas para su control y tratamiento, ya que su mecanismo de acción es aumentar en la sangre una sustancia llamada Globulina Transportadora de Hormonas Sexuales lo cual permite que los andrógenos (principalmente dihidroepiandosterona) se unan a ella y actúen como proteína transportadora disminuyendo la testosterona libre en sangre que produce el síndrome.

 

Los anticonceptivos orales (ACO) generalmente tienen dos componentes: uno en la primera fase del ciclo que es fase folicular, y en la segunda fase del ciclo los progestágenos que se ingieren a dosis continuas diariamente. Esto se asemeja a lo que ocurre en condiciones naturales en el ciclo menstrual pero con las ACO no se produce la ovulación.

Con la vida moderna las mujeres prefieren métodos más seguros que garanticen el control de natalidad y no se les olvide su toma; por lo cual es muy común el uso de implantes subdérmicos: Nexplanon (etonogestrel 68 mg), que dura 3 años y Jadelle (levonorgestrel 75 mg), que dura 5 años.

Estos implantes subcutáneos consisten en una cánula o varilla de tamaño pequeño, que se inserta por un médico debajo de la piel de la mujer, pero sin llegar al músculo. Éste libera de manera continua e irregular al torrente sanguíneo los gestágenos para impedir la ovulación y efectos antiandrogénicos semejantes a las ACO, pero sin el componenteestrogénico. Es un anticonceptivo a largo plazo porque tiene una duración de tres a cinco años; y al retirarlo el retorno de la fertilidad se hace de una manera más rápida, por no tener estrógenos.

“Con las pastillas anticonceptivas, aumenta esta globulina en la sangre y se genera una serie de procesos que de alguna manera inactivan los andrógenos, que son las hormonas que favorecen el desarrollo del acné, pero con los implantes la concentración del progestágeno (hormona activa del implante) en sangre depende del índice lípido corporal de la paciente y como metabolice el componente, los cuales pueden transformarse en esteroides libres que actúen sobre los receptores de piel, produciendo los primeros meses acné de 1-8% de las usuarias”, explica la Dra. Yarima Durán, médico dermatólogo del Centro Láser de Estética Integral CLEI.

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