Con motivo de la culminación de las actividades escolares, el Centro de Educación Inicial del Tribunal Supremo de Justicia, presentó el Acto de Fin de Curso, «Cantautores Venezolanos», «Homenaje Especial a Simón Díaz».
El evento contó con palabras de la directora del Centro de Educación del TSJ, Varinia Sevillano, quien indicó que la actividad está enmarcada en hacer un reconocimiento a distintos cantautores venezolanos, en especial, a uno de los mayores ponentes de la cultura musical del país, el maestro Simón Díaz.
«Leo leo lee»; «El espanto»; «Una casa bella» y «Toro Cimarrón», marcaron el inicio de aplausos por parte de Magistrados, Magistradas, gerentes, jefes de departamento, padres, madres y representantes que al presenciar a los niños y niñas de Maternal 1, 2 y 3, vestidos en trajes alusivos a cada tema, no dudaron en manifestar sus emociones.
Piezas como «Pajarillo», «Moliendo Café» y «El Manduco» marcaron la pauta para los estudiantes de Preescolar 1 y 2, donde la figura del Libertador Simón Bolívar y los símbolos patrios llenaron de vistosidad, armonía y orgullo nacional a los asistentes.
Una representación realizada por los estudiantes de Preescolar 3 en «Homenaje a Simón Díaz», rememoró en los asistentes las genialidades de este ilustre venezolano.
El presidente de la Sala Político Administrativa, magistrado Emiro García Rosas, manifestó el regocijo y orgullo que le produce representar a la presidenta del Tribunal Supremo de Justicia, magistrada Gladys María Gutiérrez Alvarado, en emotiva actividad que lleva a hacer evocación a tiempos de la infancia.
Con un llamado para mantener y tener presente al niño y la niña que lleva dentro todo ser humano, el Presidente de la Sala Político Administrativa, invitó a todos los presentes, a tratar de mantener cada uno su condición infantil, «eso nos hace mas puros. La infancia es la etapa de la inocencia, siempre mantengamos presente en nosotros al niño, a la niña que fuimos».
Igualmente, señaló que el adulto debe sentirse comprometido a dar respuestas certeras, dignas y elegantes que estén acorde con la edad del niño y de la niña, manteniendo una condición humana, donde todos los esfuerzos que se hagan por ellos estarán sabiamente recompensados, logrando formar hombres y mujeres de bien.