Una montaña de miles de propuestas en materia económica, política y programática han tenido que escalar los delegados del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) encerrados desde el pasado día 26 en su III Congreso, destinado a marcar su línea de futuro y cubrir el abismo dejado por Hugo Chávez.
Los integrantes de uno de los partidos políticos más numerosos del mundo, con oficialmente más de 7,5 millones de militantes, se han enfrentado a la tarea de ponerse de acuerdo sobre el rumbo que el socialismo debe de tomar en Venezuela tras la pérdida de su máximo líder, el fallecido Hugo Chávez.
A falta de la aprobación de decisiones que se hagan públicas, al término del congreso, solo dos cosas están claras: Nicolás Maduro es el nuevo presidente del PSUV sucediendo a Chávez y éste es el «líder eterno» del partido por aclamación de la militancia.
Pero hay muchas más inquietudes para cerrar en este congreso.
El PSUV se enfrenta a la controversia generada dentro del chavismo tras las críticas abiertas por parte de, entre otros, el exvicepresidente de Planificación Jorge Giordani a la política económica del Gobierno y al presidente Maduro.
Los más de 7,5 millones de militantes eligieron el 20 de julio a 537 delegados, en unos comicios internos que no estuvieron libres de polémica tanto por la participación -cifra oficialmente no revelada aunque estimada por algunos dirigentes en alrededor de 1,5 millones- como en la forma en que fueron designados los representantes.
Movimientos dentro del PSUV criticaron que tanto gobernadores como alcaldes o diputados fuesen designados directamente delegados sin pasar por las urnas, situación que generó malestar en parte de las bases del chavismo.
El de la necesidad de una mayor presencia de las bases en las decisiones del PSUV ha sido uno de los temas que más reacciones ha provocado en el congreso.
Tampoco existe consenso en el joven partido de poco más de seis años de edad sobre la forma de enfrentarse a los problemas que acucian a Venezuela sobre todo en el ámbito económico con una inflación que supera el 60%, alta escasez de productos básicos y un aparato productivo estancado.
«Cuestionamos que la agenda está destinada a documentos de carácter ideológico programático pero no va a los problemas de la realidad actual», señaló a Efe el coordinador nacional de Marea Socialista (MS), Gonzalo Guzmán, quien no se presentó a delegado.
Guzmán considera que Maduro y el PSUV tienen la necesidad de «tomar en cuenta la crítica (…) las propuestas alternativas que se han venido haciendo», algo que considera que desde la dirección del partido no se ha producido.
Maduro apeló en su discurso de apertura del congreso el sábado «debate libre y constructivo, acción creadora y unitaria», y a la par «máxima lealtad y disciplina» con él y su Gobierno, algo que Guzmán considera no ha ocurrido.
La postura del coordinador de Marea Socialista no es compartida por muchos de los participantes en este III Congreso, que termina hoy con la plenaria para la aprobación de decisiones y el acto de clausura en el Cuartel de la Montaña donde reposan los restos de Hugo Chávez.
«Pienso que los que hablan así no son revolucionarios. Les falta formación ideológica (…) el que está pensando en eso debe salir (del partido), declaró a Efe el concejal Oswaldo Rondón, ataviado con su gorra con la bandera de Cuba y su chaqueta con el pabellón venezolano.
«Las diferencias deben de existir pero hay que respetarse», agregó.
Mientras recoge varios afiches del presidente Maduro que se reparten de manera gratuita durante el evento, el delegado por el estado Falcón (noroeste) Cristo Sierra comenta que los militantes que critican al PSUV «no son revolución» sino que son «esos que se ponen una franela roja».
Entre los puntos de discusión protagonistas destacan la corrupción y su castigo o la formación política e ideológica de los cuadros del partido, punto que el diputado Claudio Farías aseguró a Efe debe de arrancar «de inmediato».
Sin embargo el tema económico es el que sigue centrando más comentarios.
«Salió el tema económico, una preocupación de la militancia del partido, hay una realidad en la calle que es que hay unos productos que no se consiguen y los que se consiguen es con sobreprecio», afirmó Farías durante un receso de la reunión.
EFE