Charles Brewer-Carías, el venezolano que más ama a Guayana

Fila anterior:  César Barrio-Amorós, Ricardo Guerrero, Eduardo Wallis, Francisco Delascio Fila atrás: Alberto Tovar, Alejandro Chumaceiro, Alfredo Chacón, Federico Mayoral, Luis Alberto Carnicero, Fernando Tamayo, Charles Brewer hijo, Charles Brewer-Carías.
Fila anterior: César Barrio-Amorós, Ricardo Guerrero, Eduardo Wallis, Francisco Delascio
Fila atrás: Alberto Tovar, Alejandro Chumaceiro, Alfredo Chacón, Federico Mayoral, Luis Alberto Carnicero, Fernando Tamayo, Charles Brewer hijo, Charles Brewer-Carías.

50 años explorando tepuys y más de 200 expediciones al Sur de Venezuela, explican porque su alma se ha fusionado con la selva. “Estoy trabajando en mi tiempo y mi trabajo no necesariamente debe ser conocido en mi tiempo, puede ocurrir después; si ese es el destino, pues eso será, porque en mi país no entienden lo que estoy haciendo y no pretendo que lo entiendan”, sostiene el científico

En cierta ocasión le preguntaron cuándo fue que regresó de la selva, a lo que respondió: “No he regresado. Mi alma sigue allí”. En los últimos 50 años ha explorado 52 tepuys en más de 200 expediciones, visitando lugares que no habían sido pisado por huella humana hasta entonces, ha sufrido enfermedades selváticas y convivido con indígenas de varias etnias.
Y a pesar de todo, Charles Brewer se niega a considerarse un aventurero: “Salir a la aventura es un acto mezquino y egoísta, solo una satisfacción personal. Fuiste y viste, pero qué viste: unas matas y ya. En cada una de mis expediciones solo pienso en qué de nuevo puedo encontrar para el mundo”.
Ha dedicado la mayor parte del mundo hacer visible para el mundo la región de Guayana y sus tesoros. “Mi idea de Guayana es el universo de la biodiversidad, un lugar donde la evolución está ocurriendo día a día, unas Galápagos rodeadas de selva. Cada una de estas montañas sea un lugar extraordinario. Es lo que llamo Islas en el Tiempo.”.
En su honor han bautizado 28 especies de animales y plantas, así como el sistema de cavernas de cuarzo más extenso del mundo con su nombre, honor dado por los biólogos que lo han acompañado.
-Ellos deberían ser reconocidos como héroes, a pesar de no tener apoyo del Estado, han dado ha conocer al mundo especies de diversidad biológica que hemos encontrado y que suman centenares.
A sus 76 años piensa en lo que queda todavía por publicar. Tiene cinco nuevos libros esperando ser impresos, así como una infinidad de planes para el futuro. “En mi familia, todos superan los 95 años, por lo tanto, yo espero estar en muy buenas condiciones físicas 20 años más”.

-¿Qué queda por descubrir todavía en Guayana?

-Existe en la selva Amazónica y Guayana una infinidad de recursos, es la selva más extensa del mundo y se encuentra allí la mayor biodiversidad. Y esos recursos se están perdiendo antes de que se puedan conocer por culpa de la deforestación. Un riqueza que le ha permitido vivir a los indígenas en ese lugar sin la necesidad siquiera de vestirse por 10 mil años. Ya se conocen palmas que tienen mayor producción por superficie que cualquier cultivo conocido. ¿Cómo es posible que no se esté trabajando en eso? ¿Cómo es posible que no haya un instituto que no esté rescatando esta información para darla a conocer?

El amor por el descubrir

Brewer ha sido calificado como el Humboldt del siglo XX. Su extenso currículum abarca no solo su faceta como antropólogo, habiendo publicado un libro sobre Antropología Dental y seis artículos científicos sobre antropología, en la Journal of Physical Antropology, y otro en el Journal of Ethnobotany.
Como geógrafo ha publicado un libro sobre el Cerro de la Neblina. Como botánico ha sido coautor de la botánica de Sarisariñama y por su libro sobre la vegetación del Mundo Perdido fue considerado investigador asociado del New York Botanical Garden, así como investigador asociado del Jardín Botánico del Orinoco, en Ciudad Bolívar (Venezuela).
Como fotógrafo y escritor ha publicado sobre sus sus viviencias en la jungla, lo que ha visto, encontrado y cómo ha sobrevivido en esa tierra que sigue su propio curso en el tiempo. Sus fotografías han sido acreditadas por la Biblioteca Nacional de Venezuela como Patrimonio Nacional.
-Me gradué y trabajé de odontólogo durante 20 años. Pero mi inquietud para conocer sobre todas las cosas y por descubrir la he tenido toda la vida. Mientras trabajé de odontólogo hice expediciones, mientras fui odontólogo visité pueblos indígenas. Una cosa no limita la otra.
A Brewer-Carías lo describen los expertos como el explorador que más importancia ha tenido, no solo para Guayana, sino  para el mundo. Poco le importan las comparaciones o la impronta que han dejado sus hallazgos.
-Estoy trabajando en mi tiempo y mi trabajo no necesariamente debe ser conocido en mi tiempo, puede ocurrir después; si ese es el destino, pues eso será, porque en mi país no entienden lo que estoy haciendo y no pretendo que lo entiendan.

El Quijote de la jungla

Uno de los muchos sobrenombres que le han dado en sus años de labor tal vez lo represente más que los demás: Don Quijote de la jungla. Y es que, como un aquel idealista loco cervatiano, Brewer-Carías le ha tocado realizar su obra sin mayor apoyo que el de su familia y amigos más íntimos.
-No existe apoyo gubernamental o institucional para ninguna institución científica venezolana que pueda hacer alguna investigación de la biodiversidad en Guayana. Están ocupados en otras cosas, ¿en qué?, no lo sé. Y eso es una pena, porque muchos científicos se están yendo del país.
Para la mayoría de sus incursiones a la selva deben reunir fondos de entre los miembros de la expedición. 500 dólares cada uno para poder costearse el helicóptero que los llevará al siguiente “hito histórico”.
-Tengo el gusto de tener grandes amigos y familiares que me apoyan y entienden que el trabajo que estamos haciendo es trascendental. Son personas que con sus propios recursos y su interés en las investigaciones que realizamos, participan conmigo y me apoyan, emocional y económicamente.

“La estación a la que regreso”

“Mi hogar en Caracas es una estación a la que regreso para adaptarme al mundo paralelo que resulta esta ciudad, aunque allí también existe la oportunidad de descubrir nuevas cosas”, reza su libreo “Entrañas del Mundo Perdido”, escrito a cuatro manos junto a Marek Audy.

-¿Qué mensaje lo daría usted a los jóvenes?

-Que no dejen de explorar su entorno. En cada una de sus actividades, de sus profesiones, que abran nuevos rumbos, que descubran cosas, que hagan exploraciones, que no dejen de ser un niño asombrado por su entorno y que esa actividad que realicen pueda ser convertida en un obra que pueda quedar para la posteridad. Que no sea solo estudiar y olvidar, hay que crear nuevo conocimiento.

Bibliografía

Venezuela, 1975, Editorial Arte

Roraima, la Montaña de Cristal, 1978, Banco Provincial/Editorial Arte

Sarisarimaña, 1983, Editorial Arte

Cerro de la Neblina, Resultados de la Expedición, 1988, Fundación para el Desarrollo de las Ciencias Fisicas, Matematicas y Naturales, y Editorial Sucre

Entrañas del Mundo Perdido, 2011, Coescrito con Marek Audy

Desnudo en la Selva, Supervivencia y Supsitencia, 2014, Publicado por el Banco Exterior

Para ordenar estos libros, escribir al correo brewerexpedition@gmail.com

Luís Guillermo Valera

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