La severa crisis de la economía nacional, en espera de medidas anunciadas (muy controversiales en el seno del gobierno) que tardan en llegar, se monta sobre el desastre de nuestra principal industria
Se ha informado que Pdvsa está considerando la venta de Citgo, su filial en Estados Unidos, cuyos activos incluyen 3 refinerías con una capacidad para procesar 750.000 barriles diarios (además de sus redes de distribución y comercialización), 48 instalaciones de almacenamiento de derivados, 3 oleoductos propios y la propiedad parcial de otros 6 oleoductos.
Las ofertas de compra se mueven entre los 10.000 millones y los 15.000 millones de dólares (algunos expertos estiman un valor real superior), que han sido intermediadas por las instituciones financieras Goldman Sachs, JP Morgan y Deutsche Bank. También se acaba de informar que PDVSA está buscando compradores a su participación de 50% en la refinería Chalmette, ubicada también en Estados Unidos, que tiene una capacidad de refinación de 184.000 barriles diarios. Ya antes, en octubre de 2010, bajo el gobierno de Chávez, Pdvsa le vendió a la empresa rusa Rosneft su participación en el circuito alemán Ruhr Oel por 1.600 millones de dólares y 800 millones de dólares por reservas de crudo.
Está en marcha el desmantelamiento de la estrategia de internacionalización que inició PDVSA a mediados de los años 80 para procesar cantidades crecientes de crudo venezolano y asegurar su colocación mediante contratos de suministro a largo plazo y así no vender a descuento. Según el experto petrolero venezolano Ramón Espinaza, profesor adjunto en Georgetown University, “el legado más emblemático de esta estrategia es el sistema Citgo” y “los beneficios para el país han sido mil millonarios”.
¿Por qué el gobierno está liquidando esos activos que tenemos en el exterior? Según el grupo de investigación Argus Media, “esa venta (la de Citgo) está en consideración debido a que la industria evalúa reducir su exposición al riesgo por los litigios en el extranjero, aumentar el flujo de caja para proyectos e incrementar los despachos de crudo y derivados a China”. En efecto, están pendientes las decisiones arbitrales del Ciadi (Centro Internacional de Arreglos de Diferencias Relativas a Inversión) que podrían obligar a PDVSA a compensar a las empresas Conoco Phillips y Exxon Mobil por reclamos que le han hecho ante esa instancia; se requieren más recursos para financiar los proyectos de la Faja del Orinoco (ahora le han puesto el nombre –que será fugaz- de Faja Chávez); y China presiona para recibir más petróleo en pago de los préstamos concedidos por 56.000 millones dólares (¿cuánto de debe aún?) y, por eso, los despachos de crudo a ese país se elevarían, como se anunció en ocasión de la reciente visita del presidente Xi Jinping a Venezuela, de los actuales 540.000 barriles diarios a 1 millón de barriles diarios en el año 2016, meta que Pdvsa no está en capacidad de alcanzar.
Pdvsa está en graves aprietos, acentuados por el estado de deterioro en que se encuentra.
Carlos Canache Mata