De las 80 familias que viven nada más en la terraza 12, solo han reubicado a 30
“Da pena vivir aquí, esto no era lo que quería Chávez; el comandante no quería que viviéramos entre ruinas y escombros”, dijo una de las voceras del consejo comunal de la terraza 12 de El Morro, municipio Sucre.
Cada día tienen que lidiar con la vida en una zona en demolición: desde hace meses se han ido llevando a cabo reubicaciones de las más de 100 familias que viven en situación de alto riesgo por los movimientos en los terrenos y el colapso en los servicios de alcantarillado que han convertido las terrazas 12,11 y 10 en lugares dantescos para vivir.
A medida que se iban desocupando los apartamentos los fueron derribando para evitar que fueran invadidos, lo cual deja un panorama de edificios a medio derrumbar, donde juegan los niños y pasan los días las personas esperando a que sea su turno para irse.
De las 80 familias que viven nada más en el la terraza 12, solo han reubicado a 30. Razón por las cual piden al Ministerio de la Vivienda que agilice las adjudicaciones.
“No sabemos qué vamos a hacer si comienza el año escolar y todavía estamos aquí”, dijo una de las residentes de la Terraza 12, quien aseguró que les resulta complicado conseguir una escuela en donde inscribir a sus 4 hijos. “De haber sabido que esto iba a pasar me hubiera quedado en el refugio, al menos allí tenía a mis muchachos estudiantes; aquí una nunca sabe”.
Los que quedan
“Ya tengo mi casa adjudicada, pero no me puedo ir de aquí”, dijo María Cienfuegos, residente de las Terraza 12. “Esta casa es la de mi madre, y ella murió, y me han dicho que no puede heredarla mi hermana, que está detenido. Apenas nos vayamos de aquí se perderá está vivienda y ya no tendrá lugar a dónde ir me cuñada y otras dos personas que vivían con mi mamá. De que me puedo ir, me puedo ir, pero entonces ¿qué pasará con ellos?”
Por su parte, Grisel Labrador, quien es vocera del consejo comunal y padece de una discapacidad motriz, pide al Ejecutivo nacional que se aboque a terminar las reubicaciones, pues denuncia que el colapso de los servicios de aguas negras ha producido un brote de enfermedades en la piel, intestinales y respiratorias en el sector, afectando particularmente a los niños.
“Ahora que son las vacaciones los niños se la pasan jugando en la calle se exponen a que les dé diarrea y vomito, hay algunos que le ha dado ronchas en la piel y hasta enfermedades respiratorias”, dijo Labrador, quien responsabilizó a este brote a una laguna de aguas de cloaca que se desborda de las cloacas y se empoza en uno de los estacionamientos.
Asimismo, dijo que esto, aunado a las persistentes cortes en el servicio de aguas blancas, ha propiciado una epidemia de zancudos y moscas.
Aguas negras
Según la concejal por el partido Copei, Ingrid Palacios, la situación de las terrazas 10, 11 y 12 del Urbanismo El Morro, ha afectado los Edificios de Pablo VI y la carretera principal del sector.
“Las aguas negras que salen de las cloacas colapsadas de El Morro bajan por el cerro y termina en la carretera, trayendo consigo barro y basura”, dijo Palacios, “cuando llueve no se puede pasar por ahí”.
Dichas aguas negras provienen de una tubería que fue cortada para evitar que se desbordaran y entraran por las pocetas y drenajes de la Terraza 12 de El Morro. Lo que ha causado se acumulen detrás de los edificios.
“Esto se pone horrible por las tardes, cuando el viento sopla hacia los edificios, el olor se vuelve insoportable”, dijo uno de los residentes de la Terraza 12, que prefirió reservarse su identidad.
Luís Guillermo Valera
@LuisGValera