Caracas luce competitivo, pero hay problemas con Rómulo Otero. Metropolitanos se confirma como un debutante complicado
Tres lecturas, entre otras, dejó la victoria del Caracas sobre Metropolitanos, antenoche en el Olímpico.
La primera de ellas es que los avileños, con los ajustes realizados por el técnico Eduardo Saragó luego de un revés -quizá inmerecido- frente a un Estudiantes que no fue más en los 90 minutos, han formado un plantel competitivo, con aspiraciones bien fundadas a mantenerse en el primer plano ahora cuando afronta tres competencias: torneo “Apertura”, Copa Venezuela y Copa Suramericana.
Como el domingo, cuando un descuido de Giácomo DiGiorgio abrió campo a un gol de camerino que a la postre sería definitivo, esta vez -un poco más tarde, casi al cuarto de hora-, también fue una desatención -ahora de Miguel Mea Vitali- la oportunidad, que tampoco Metropolitanos desaprovechó.
Sin embargo, un preciso y espectacular testazo de DiGiorgio, lanzándose para conectar un balón servido desde el corner y que llegó al segundo palo, significó el empate y la explosión capitalina.
En adelante Caracas hizo prevelacer el peso de su plantel, en el cual se notó -entre otros detalles- la influencia del trabajo en el medio campo del experimentado Mea Vitali, pero también sirvió para otra cosa: confirmar que Metropolitanos, si bien es debutante en la máxima categoria, no llega en plan de “”trompo servidor”.
Por el contrario, con una nómina que incluye unos cuantos jugadores de recorrido y, sobre todo, bien parados, disciplinados tácticamente -además de convencidos de lo que pueden hacer- complicaron muchas veces al contrario, confirmando la positiva impresión inicial. Recuérdese, al respecto, cuánto le costó a Mineros -en el propio Cachamay-, vencerles el domingo 1-0. No es aventurado decir que lo novel divisa tiene cómo entreverarse en la parte media de la tabla, al menos, como objetivo de su primera campaña.
La otra parte fue el incidente Saragó-Rómulo Otero. De entrada extrañó la ausencia, en la alineación abridora, del volante de ataque, pieza fundamental del Caracas en la anterior temporada. Después, en medio de las acciones, el jugador se acercó a la banda, al parecer para dirigirse a los de la cancha, siendo recriminado fuertemente por el técnico en un intercambio poco común.
Ayer, Saragó admitió que Otero no estuvo entre los 11 por motivos más allá de lo deportivo. Y ante los requerimientos de los medios de comunicación (programa Los Cronistas), fue terminante al decir: “hay cosas que no se pueden permitir, porque afectan lo futbolístico. Y yo estoy aqui para poner reglas”.
Agregó que desea manejar el tema “con la mayor cautela” y en relación al partido opinó que “la clave fueron la paciencia y el gol de Giácomo. Cualquier equipo no reacciona bien con esa marca de Metropolitanos”.
Otero, por su parte, dijo a la periodista Astrid Brito que “ya ha pasado varias veces; para mi fue una tontería. Me sacó, pensé que iba a entrar y eso es lo que más me molesta”.
Para el Caracas es imperativo superar el incidente sin mayores traumas. Mucho más cuando la semana próxima tiene el primer compromiso internacional, de la Copa Sudamericana, en el cual enfrentara en Ayacucho, Perú, al Inti gas.
Armando Naranjo
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